UN MUERTO Y OCHO HERIDOS DEJA DERRUMBE EN CHEVES

Son frecuentes los accidentes con consecuencias fatales y nadie para esto

Otra vez proyecto energético Cheves se tiñe de sangre, en horas de la mañana del día viernes 12 de octubre, un nuevo derrumbe ocasionó la muerte de un trabajador y dejó herido a otros ocho.

Esta vez fue el obrero Joel Armando Carhuallanqui De la Cruz (32) quien perdió la vida durante el trágico accidente en los trabajos previos de implementación del proyecto hidroenergético Cheves en la cuenca Huaura Oyón, región Lima.

Asimismo, según fuente muy confiables a las que tuvo acceso La Jornada, otros ocho trabajadores resultaron heridos en los ya casi frecuentes desprendimientos de rocas y tierra que se producen en el mega proyecto.

Sobre el particular, SN Power - Proyecto Cheves siempre saca cuerpo o simplemente desaparece muertos, seguramente para ocultar que siendo una transnacional económicamente importante no invierte en responsabilidad ambiental, social y humana; porque sino como se entiende estos accidentes fatales.

CHEVES RECONOCE UN MUERTO Y NO DICE NADA DE HERIDOS

"SN Power – Proyecto Cheves lamenta informar que el día de hoy en horas de la mañana falleció un trabajador de la contratista civil del proyecto, Constructora Cheves (CCH), quien se encontraba desempeñando sus labores en el Túnel de Acceso de la obra. El señor Joel Armando Carhuallanqui De la Cruz,  de 32 años, natural de Huancayo, recibió atención inmediata. Lamentablemente, no fue posible lograr su recuperación", informó mediante nota de prensa oficial.

Cheves no da cuenta sobre los heridos, pero también reconoce que "el fallecido no pertenece a ninguna comunidad del área de influencia del proyecto", ¿Por qué será que no contrata a los pobladores de las comunidades donde opera? ¿Será para evitar convulsión social?.

En la misma nota, la empresa responsabiliza del trágico suceso a "la contratista Constructora Cheves (CCH)", pero no dice porque no exige o no invierte en seguridad del personal que trabaja en el proyecto.

Porque al no invertir en seguridad de sus obreros, Cheves demuestra lo que el potencial humano significa para ellos, ciudadanos de tercera categoría, cuyas muertes no generarán problemas pero si ahorros significativos para sus arcas.