Compilado por el Econ. Víctor Eleazar Alvino Guembes
“Ninguna sociedad puede florecer ni ser feliz si la mayoría de sus miembros son pobres o miserables”. Smith.
“Homilía para futuros economistas” es un ensayo que busca dar una definición de lo que es la economía. Mencionaré diferentes definiciones que se han ido gestando a lo largo de los tiempos para concluir con mi propia definición. Si un fenómeno se repite muchas veces y de igual manera, podemos inferir que obedece a una misma causa. Si esto sucede así, se pueden descubrir los principios o leyes que explican la causa y los fenómenos correspondientes.
Por lo tanto, la economía es definida como una ciencia. Veamos pues algunas definiciones de “economía” que se han dado en la historia: Juan Bautista Say opinaba que la economía debería ser objetiva, concreta, teórica y descriptiva; exponerse fríamente al hecho de cómo se producen, se distribuyen y se consumen las riquezas.
Juan Carlos Leonardo Sismondi: La economía es una ciencia moral. Su objeto no es la riqueza sino el bienestar físico del hombre. Guillermo Santley: “La Economía debe tener un carácter tan matemático como las ciencias físicas. La ciencia económica ha de ser matemática, sencillamente porque se ocupa de cantidades.
Después de analizar los aciertos y carencias de cada definición, sugiero que la siguiente definición sería la más completa: “La Economía es una ciencia humana. Sus leyes, con excepción de las de carácter económico-biológico, son leyes sujetas a cambios inevitables, impuestos por la estructura económica y las instituciones jurídicas y políticas de la sociedad”.
A esto se añaden las nociones de historia y geografía, ya que son fundamentales para la ciencia económica. Dejando atrás las definiciones exclusivamente matemáticas. La Economía es una ciencia humana, cuya finalidad suprema es el hombre. El espacio y el tiempo ocupan un lugar muy importante para la Economía, ya que hacen que las circunstancias de un país sean diferentes a las de otro. La geografía es también otro elemento a tomar en cuenta al hablar de la Economía. De esto se desprende que una teoría económica elaborada en las naciones más industrializadas no puede ser aplicada en países que no cumplen con esas mismas condiciones de desarrollo (porque las especificaciones espaciales, temporales y geográficas son distintas).
Como comenta el profesor Samuelson, el problema fundamental de la teoría económica estriba en encontrar la solución adecuada para lograr de modo permanente la ocupación plena. Presento a continuación los conocimientos que el economista requiere adquirir y las funciones que debe desempeñar en la sociedad. Todo economista necesita tener conocimientos de: teoría económica, historia económica, sociología económica, estadística, geografía, cierta dosis de matemáticas, biología y un conocimiento general de las ciencias sociales.
A esto se suma la preocupación que debe haber por el grupo social y por la humanidad, por sus problemas vitales y por sus anhelos de superación. Otro rasgo deseable es que el futuro economista sea un hombre de ciencia, que viva con amor apasionado por la verdad y con un “profundo interés desinteresado” por el destino del género humano, por mejorar las condiciones materiales de vida de las personas menos favorecidas. Es necesario también estar en contacto con el mundo y su realidad. La tarea sustantiva del economista consiste en trabajar para que el país alcance su pleno desarrollo. También requiere capacidad crítica para no adoptar ciegamente los modelos económicos de moda. El móvil del economista no debe ser su propio enriquecimiento.
“Lo primero que debe aprender el joven universitario es el oficio de hombre, el más difícil de todos los oficios; después el oficio de ciudadano y de profesionista honorable y competente. Y si tiene capacidad creadora hacer oficio de antorcha para la sociedad en la que vive” “El ideal supremo de un economista peruano o latinoamericano en general, estriba en decir las cosas bien y hacerlas mejor, en amar a su patria con hondo y desinteresado amor, en servir a su pueblo con la mira de elevar sus condiciones culturales y materiales y, por último, luchar sin tregua consigo mismo para hacer de la propia vida algo así como una obra de arte”.
Termino con gusto y me alegra saber que alguien se ocupe en proclamar que la finalidad de la Economía es el ser humano; que todo economista debe buscar el desarrollo pleno del ser humano. Esto, en contraposición con un modelo económico que proclama la libertad de mercado al extremo pero olvida al hombre, con un sistema al que le interesan los mayores rendimientos, las mejores utilidades y se desentiende de la vida de las personas, del medio ambiente. Otro aspecto que amplía mi mirada de la Economía son los factores geográficos, temporales y espaciales.
La Economía no sólo se compone de números, sino también de personas, lugares y espacios. Llama potencialmente mi atención el comentario que debido a estos factores, no se puede aplicar cualquier teoría económica a nuestro país. Sin embargo, constato que en el Perú muchas veces seguimos al pie de la letra los dictados del sistema capitalista sin considerar la situación particular del país. En los tratados de libre comercio, se abre el mercado como si los países estuvieran en igualdad de condiciones.
Y por si esto fuera poco, no se adopta el modelo de libre competencia de la forma más radical: existen monopolios en el país que controlan, manipulan y dominan el mercado, por ejemplo, el gran poder de las televisoras, la telefonía fija, etc. Perú tiene los recursos materiales y humanos para alcanzar un desarrollo pleno. Tan es así, que dentro de 30 años se espera que ocupe el cuarto o tercer lugar de las economías sudamericanas.
Nuestro gran problema es el que Alexander von Humboldt señaló hace ya varios años: la desigualdad. Necesitamos verdaderos “arquitectos de pueblos”, que sepan construir una humanidad más digna y más humana.
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