Por Econ. Víctor Eleazar Alvino Guembes
Se calcula que 1100 millones de personas en todo el mundo no pueden demostrar oficialmente su identidad, de acuerdo a datos actualizados correspondientes a 2017 de la iniciativa Identificación para el Desarrollo (IDpD) del Banco Mundial. (i)
La identificación es importante
¿Cómo probamos quiénes somos cuando interactuamos con otras personas y con las instituciones? Imagine que necesita abrir su primera cuenta bancaria, demostrar su elegibilidad para obtener seguro de salud, o inscribirse en la universidad y no tiene un documento de identidad; su calidad de vida y su acceso a oportunidades se verían seriamente limitados. Un carné de identidad oficial es un elemento clave y crucial, no solo para ejercer una amplia gama de derechos, sino también para acceder a servicios de salud, educación, financieros y otras prestaciones esenciales. Según estimaciones más recientes del Grupo Banco Mundial, esto es un problema para unos 1100 millones de personas en todo el mundo.
Con el fin de abordar este obstáculo básico, la comunidad internacional decidió fijar la meta 16.9 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: “proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos” a más tardar en 2030. Esto también impulsó al Grupo Banco Mundial a poner en marcha en 2014 la iniciativa Identificación para el Desarrollo (IDpD).
Para poder avanzar en esta meta ambiciosa, los Gobiernos y los asociados para el desarrollo deben entender mejor la magnitud del desafío, y por ello todos los años el Grupo Banco Mundial actualiza el conjunto de datos mundiales IDpD. Sobre la base de una combinación de datos disponibles públicamente (por ejemplo, tasas de cobertura del registro de los nacimientos proporcionadas por UNICEF) y datos comunicados por los organismos de identificación, hacemos un cálculo de la población que no tiene un documento de identidad reconocido oficialmente en 198 economías. Además, recopilamos información cualitativa de interés, como detalles sobre los organismos y ministerios responsables, y la prevalencia de sistemas digitales (ahora introducidos en 133 países, pero no necesariamente con cobertura total en dichos países).
¿Quiénes son los 1100 millones?
Los últimos datos permiten tener una idea más clara sobre el desglose de esta cifra:
El 78 % vive en África al sur del Sahara y Asia, lo que indica que estas regiones deberían ocupar un lugar central en los esfuerzos mundiales;
El 40 % son niños menores de 18 años de edad y 1 de cada 6 son menores de 5 años. Esto refuerza la importancia que tiene el primer principio de la lista de 10 principios sobre la identificación, (PDF, en inglés) el cual garantiza la cobertura universal desde el nacimiento hasta la muerte, y
Más de la mitad vive en economías de ingreso mediano bajo, mientras que un tercio vive en economías de ingreso bajo.
También cabe señalar que es probable que el nivel de desarrollo de un país afecte la cobertura en materia de identificación: se estima que el 36 % de la población en las economías de ingreso bajo carece de un documento de identidad reconocido oficialmente en comparación con el 22 % en los países de ingreso mediano bajo, y solo el 9 % en las economías de ingreso mediano alto.
Sin embargo, la historia no termina aquí. Pocos países informan o publican otros datos que no sean las estadísticas nacionales sobre la cobertura de adultos que poseen documentos de identidad, lo que nos dificulta saber hacia dónde los Gobiernos y los asociados para el desarrollo deberían dirigir sus esfuerzos. Por ejemplo, solo 43 países comunican datos desglosados por género, lo cual es fundamental para saber si las mujeres y las niñas enfrentan o no una cantidad desproporcionada de desafíos a la hora de obtener un documento de identidad.
La cifra más reciente de 1100 millones representa una disminución si se compara con el número de 1500 millones en 2016. Esto se debe a: mejoras en la metodología, fuentes de datos de mejor calidad para 128 economías y un aumento importante en la cantidad de personas registradas en India gracias a los avances rápidos conseguidos en Aadhaar (véase la pestaña “Metodología y fuentes” en el archivo del conjunto de datos IDpD 2017 para obtener más detalles).
¿Cuál es la tarea por delante? Mejorar el conjunto de datos mundiales IDpD
Este problema no consiste simplemente en cuantificar el desafío, sino también en cumplir con el mandato del ODS de “no dejar a nadie atrás”, y llegar primero a los más rezagados. Para ello, se debe saber en primer lugar quién tiene menos probabilidades de poseer un documento de identidad, e idealmente saber cuáles son las razones: ¿quiénes están excluidos?; ¿la población más pobre?; ¿las personas que viven en zonas rurales?; ¿en qué provincias o estados viven?
Además, se debe prestar especial atención y tratar de entender la situación de las poblaciones ya marginadas en la sociedad y cuya vulnerabilidad podría aumentar debido a la carencia de documentos de identidad: personas con discapacidades, ancianos, indígenas y niños de entre 5 años (una edad en que empieza a ser más complicado registrar un nacimiento y obtener un certificado) y la edad establecida para recibir un documento nacional de identidad (por ejemplo, 16 o 18 años en muchos países). Del mismo modo, simplemente no sabemos cuántos de los más de 200 millones de migrantes en el mundo, los 21,3 millones de refugiados o los 10 millones de personas apátridas tienen un documento de identidad.
Los Gobiernos y los asociados para el desarrollo pueden adoptar tres medidas de manera inmediata para suplir la falta de datos desglosados:
Los organismos de identificación y las oficinas de estadística pueden comenzar a publicar datos del número de personas que se han registrado según género, edad y ubicación. Perú e India (i) ya lo hacen, y otros países (como Tailandia y Nigeria) proporcionan estos datos a pedido.
Se pueden incluir preguntas sobre la posesión de documentos de identidad en los censos y las encuestas de hogares, lo que será especialmente útil para algunas de las poblaciones marginadas mencionadas anteriormente.
Para impulsar estos esfuerzos, la comunidad estadística internacional debería elaborar normas, definiciones y metodologías, y considerar la posibilidad de ampliar el indicador actual de la meta 16.9 de los ODS, con el fin de analizar otros datos y no solo el registro de nacimientos de niños menores de 5 años.
Nos complace informar que, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, en IDpD se han incluido preguntas relacionadas con la cobertura en materia de identificación. También, en colaboración con la encuesta Global Findex de 2017 (que abarca más de 90 países), se han incorporado consultas sobre los desafíos existentes para obtener un documento nacional de identidad.
Hacia fines de este año, estaremos en condiciones de publicar datos representativos a nivel nacional y datos comparables sobre la cobertura, los que se podrán desglosar de numerosas maneras. Además, planeamos fortalecer aún más los datos de IDpD a través de nuevas alianzas e inversiones adicionales de los asociados interesados, poniendo especial énfasis en el mejoramiento de la metodología y de la recopilación de datos.
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