lunes, 19 de junio de 2017

CAPITAL SOCIAL: ROMPER EL CICLO DE LAS CRISIS

Por el Grupo Banco Mundial y editado por el economista Víctor Alvino Guembes

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Hace 30 años, 1 millón de personas murieron en Etiopía debido a una de las peores hambrunas en la historia moderna causada por los conflictos y las sequías. Hoy, los conflictos y las sequías contribuyen de nuevo a una crisis que ha puesto a 20 millones de personas de cuatro países al borde del hambre. 

Esta vez, Etiopía no está entre esos países. El país sigue siendo uno de los más pobres del mundo, y también enfrenta una devastadora sequía. Pero Etiopía ha podido reducir el impacto mejorando la gestión de la tierra y de los recursos hídricos. Además, ha aumentado la resiliencia de la población mediante un programa amplio de redes de protección social, que cuenta con el respaldo de 11 donantes, incluida la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial. 

Desde su establecimiento en 2005, esta red de protección social ha permitido a Etiopía romper un ciclo de peticiones anuales de asistencia alimentaria de emergencia. Durante el año pasado, el ya extenso programa aumentó su respuesta a la sequía para proporcionar alimentos, o dinero en efectivo para comprar alimentos, a 18,2 millones de personas. 

Programas de redes de protección social de esta naturaleza se están implementando en 149 países emergentes y en desarrollo para abordar las desigualdades sociales y económicas, y se consideran un medio para aliviar las dificultades temporales o incluso prevenir crisis humanitarias, como las que se registran ahora en Somalia, Sudán del Sur, Yemen y el noreste de Nigeria. 

Según Naciones Unidas, estos países enfrentarán el hambre o tendrán riesgo de sufrir hambruna en los próximos seis meses. Se estima que 1,4 millones de niños, que sufren una malnutrición grave, están en riesgo inminente de muerte. 

Y si bien las hambrunas se pueden producir por numerosas razones, un factor común en la hambruna actual es el conflicto prolongado que ha exacerbado las vulnerabilidades previas a la crisis. 
• En Sudán del Sur, 1,9 millones de personas han sido desplazadas internamente desde diciembre de 2013, y 1,7 millones de habitantes se han refugiado en países vecinos. 
• En Yemen, los conflictos han afectado el sistema bancario y el comercio. El Gobierno no ha podido pagar los salarios ni entregar beneficios sociales. 
• En Somalia, la sequía ha empeorado la inseguridad y ha impulsado la migración poco segura conocida como “Tahrib”. 
• En el noreste de Nigeria, la violencia perpetrada por el grupo terrorista Boko Haram interrumpió el suministro de semillas, y los artefactos sin explotar en los campos han impedido que los agricultores vuelvan a las plantaciones.

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