FLECHADOS ENTRE MANGUERAS Y HACHAS. Sayán "Tierra del Sol", ubicada en la provincia de Huaura, región Lima, no solamente es el centro de la información porque fue una de las últimas jurisdicciones donde se creó la última compañía de bomberos como fue la 216 "San Jerónimo de Sayán", sino porque en dicha dependencia del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, entre mangueras y hachas, nació el "amor al rojo vivo" entre el primer jefe, Capitán Arturo Cordero Reyes y la seccionaria Consuelo Siviroiro Alfaro.
Arturo Cordero y Consuelo Siviroiro, ambos de 43 años de edad, aún no tienen planes de boda a pesar de tener 9 meses de enamorados, por el momento comparten su tórrido romance con sus labores de bomberos voluntarios en Sayán.
"Ella es la que me apoya duro acá en la compañía", refirió a La Jornada el enamorado primer jefe de la Nº 216 "San Jerónimo de Sayán" cuando habla de su amada secccionaria Consuelo Siviroiro.
El amor de una bombera
Arturo Cordero fue el "hombre clave" para la creación de la Compañía de Bomberos Nº 216 "San Jerónimo de Sayán", porque acompañó muy de cerca al acalde distrital de Félix Víctor Esteban Aquino hasta la firma del convenio con el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú para la apertura de dicha dependencia bomberil.
Y cuando se concretó el convenio MDS y CGBVP, nada hacía presagiar que la nueva compañía de bomberos, vendría con el amor que estaba esperando el "soltero condiciado" y actual capitán de bomberos.
Por aquellos, tiempos y por motivos laborales arribó a "la Tierra del Sol" Consuelo Siviroiro procedente de la capital del país, sin la mínima idea que en Sayán la esperaba "el amor de su vida".
Precisamente, mientras Arturo cumplía sus laborales como Primer Jefe de la nueva compañía de bomberos y Consuelo trabajaba en dicho distrito, entablaron una profunda amistad y luego enamorarse como en las películas, a pesar que ambos ya se conocían porque formaban parte de la Compañía de Bomberos de Puente Piedra.que terminó con enrrolarla en la novisima unidad bomberil.
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