DETRÁS DE LA NOTICIA. En está ocasión no solo nos vamos a dedicar a informarles lo que está sucediendo este lunes 23 de enero con el paro de protesta de los pobladores de Chancay, en la provincia de Huaral, región Lima, que los ha llevado a tomar la carretera Panamericana Norte demandando que hagan correctivos en está vía nacional para evitar más muertes por accidentes de tránsito, sino que vamos a ir un poco más allá, para inferir que como es posible la muerte de dos policías tras un aparatoso accidente, cuando se supone que los vehículos policiales deberían tener una fabricación especial que los haga resistentes a esa circunstancia y otras similares.
Lo sucedido el pasado viernes 20 a la altura del kilómetro 86 de la Panamericana Norte, en Chancay, donde dos miembros de la Policía Nacional del Perú, el suboficial Andres Eulogio Concepción y el técnico de segunda Hugo Ventura Roque, perdieron la vida tras el impacto del vehículo patrullero donde se movilizaban contra un tráiler que transportaba balones de Gas de Petróleo Licuado (GLP), debería no solo permitirnos una profunda reflexión sobre lo que pasa cuando los conductores exceden la velocidad de sus vehículos, sino, porque un patrullero policial terminó destrozado como si fuera una "galleta".
¿Merece una profunda investigación la forma como terminó el patrullero que ha enlutado a dos familias policiales? o ¿Quedará ahí porque se trata de los hijos de ciudadanos de a pie, comunes y corrientes? Considerando que estos nuevos vehículos recientemente asignado a la Policía Nacional tuvieron fuertes y serios cuestionamientos desde su adquisición durante el pasado gobierno de Ollanta - Nadine.
Acaso, un patrullero que traslada a efectivos policiales no debería salir airoso en accidentes de tránsito como en el que le costó la vida a Andrés Eulogio y Hugo Ventura en Chancay, porque se supone que deben responder a situaciones de mucho riesgo, por la misma función policial.
¿Deberían o no tener una fabricación especial?, hacerlos resistentes ante los accidentes de tránsito por cuanto se supone que los podrían sufrir en caso de una persecución a asaltantes de carreteras, sicarios, etc., o simplemente estamos equivocados, porque no nos parece que ese patrullero, hace poco entregado a la policía, no debió terminar de esa manera y prácticamente matando a sus dos tripulantes.
El tema no termina ahí, con las dos dolorosas muertes de Chancay, porque si no se adecuan, refuerzan o mejoran estos patrulleros, seguirán siendo verdaderas trampas mortales para los efectivos policiales. Hemos dicho.
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