Por Econ. Víctor Alvino Guembes
En una oportunidad, Adam Smith sostuvo que toda persona mientras no actúe contra la justicia, tiene plena libertad para seguir el camino que le indica su interés y ubicar donde le plazca su talento y capital. En el sistema de la libertad natural, el Estado tiene 3 deberes importantes, claros y sencillos. El primero, defender a la sociedad de cualquier violencia de parte de otras sociedades. El segundo, proteger a cada miembro de la sociedad contra la injusticia u opresión que pretendiera cometer uno de ellos.
El tercero, emprender ciertas obras públicas e instaurar ciertas instituciones que el interés privado jamás podrá asumir. De la manera en que se integren los diferentes estratos sociales que constituyen un Estado y del singular ordenamiento de sus respectivos poderes, atribuciones y privilegios, resultará la naturaleza del Estado.
El propósito del presente ensayo es aportar elementos de juicio para examinar objetivamente las posibilidades de la economía peruana en todos sus niveles de gobierno (nacional, regional y local) de acceder al crecimiento sostenible: el incremento continuo del producto, con empleo de calidad y difusión generalizada del bienestar con equidad y solidaridad. Es necesario saber que no puede crecer una economía, si no genera bienestar entre la población. He aquí ocho propuestas que promueven el crecimiento con bienestar:
Primero: Para que una política económica sea eficiente para el tránsito al crecimiento sostenible es necesario que la economía esté estable. En primer lugar es necesario continuar manteniendo la estabilidad monetaria, por su importancia en términos de costos económicos y por su repercusión social. Cuando el costo de vida aumenta, se produce el descontento que abarca a todas las esferas sociales.
Segundo: Aceptar que la estructura económica del Perú es parroquiana con mentalidad pseudoliberal.
Tercero: Para que una política económica sea eficiente para el tránsito al crecimiento sostenible, debe haber equidad. Es el esfuerzo interno lo único que nos puede sacar adelante. El esfuerzo de todos distribuido con justicia, aceptado con generosidad, puesto en práctica con realismo, con coherencia y con constancia.
Cuarto: No existe crecimiento real sin redistribución y equidad. Un mejor equilibrio social, además de la estabilización y reforma estructural, constituye la prioridad número uno para América Latina.
Quinto: La cuestión fiscal es clave para el crecimiento con bienestar. ¿Cómo puede la política fiscal favorecer la equidad y el alivio de la reducción de la pobreza? Garantizando el sólido equilibrio público, que es cimiento de la estabilidad macroeconómica: para reducir la pobreza hay que promover el crecimiento. Centrando su quehacer en el incremento de la eficiencia económica a fin de maximizar el crecimiento.
Sexto: La política tributaria debe ser eficiente para el tránsito al crecimiento sostenible. El impuesto no debe entorpecer a la producción ni al comercio. El impuesto debe producir un rendimiento apreciable, debe ser lo más sencillo posible. La evasión del impuesto debe ser difícil.
Séptimo: Se debe tener un Sistema de Pensiones con nivel de Bienestar. Muramos porque es el tiempo, el tiempo de la agonía y de la ironía.
Por último, la octava propuesta consiste en que: Se debe combinar la ideología, la realidad, la economía política con la política económica. La misma economía siempre ha sido, en parte, vehículo de la ideología dominante en cada época y, en parte, método de investigación científica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario