La polémica primera dama de Perú, cara a cara con Doña Letizia
Este martes ha llegado a Madrid, acompañando a su marido en visita de Estado, una de las mujeres que más polvareda levantan actualmente en Latinoamérica: Nadine Heredia Alarcón, de 39 años, esposa de Ollanta Humala, el mandatario peruano. La primera imagen de ambas mujeres ha podido verse esta mañana, cuando Doña Letizia ha acompañado a su esposo para recibir al mandatario y su esposa.
Periodista de profesión, como la Reina Letizia, por la noche tendrá ocasión de reencontrarse cara a cara con ella en la cena de gala que ofrecerán en su honor los Monarcas, donde seguro que la primera dama peruana no tendrá problemas para elegir modelito en su armario.
Entre otras cosas, porque la Fiscalía peruana le ha abierto una investigación por presunto blanqueo de dinero, ya que se le atribuye un gasto de 38.000 dólares (casi 35.000 euros) en joyas y vestidos de firma adquiridos aprovechando los viajes oficiales del mandatario al exterior. Por eso y también por sus supuestos vínculos financieros con el Gobierno venezolano, pues se han descubierto sospechosos depósitos de dinero en su cuenta que podían proceder de simpatizantes del chavismo.
Un golpe bajo para una mujer a quien apodan "la generala" tanto por su indómita personalidad, que la empuja a hacer de su capa un sayo, como por la desmedida influencia que ejerce sobre su esposo. Hasta el punto de que circula el rumor de que quien gobierna es ella, "es el cerebro radical detrás de Humala", la describió el embajador estadounidense McKinley según se filtró en los papeles de Wikileaks.
Nacida en una acomodada familia peruana, Nadine Heredia estudió ciencias de la comunicación en la universidad de Lima, aunque su única "huella" periodística son los 4.000 dólares mensuales que recibió durante una etapa del diario chavista "The Daily Journal" sin que se hayan encontrado artículos con su firma. Posteriormente, en el año 2004 se matriculó en un curso de doctorado en políticas la universidad de La Sorbona en París, aunque no lo concluyó, ya que alegó que por aquel entonces se quedó embarazada.
Estaba casada desde 1999 con el entonces oficial del ejercito peruano Ollanta Humala, cuyo noviazgo oficializó en 1996, aunque le conocía desde la infancia, pues la madre de Ollanta, Elena Tasso, es prima suya, por tanto Nadine es tía de su marido.
Padre de sus tres hijos, Illary, Nayra y Samín, la vocación de Nadine no era precisamente permanecer en el hogar como madre y esposa, pues desde la universidad desarrolló un radical activismo, hasta el punto de que su noviazgo con Ollanta se tejió en torno a su proyecto político común, el partido nacionalista peruano, formación populista que fundaron ambos.
En las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2011, este partido, en coalición con otras fuerzas de izquierda agrupadas bajo el nombre de Gana Perú, modelo similar al usado en España por Podemos, obtuvo la mayoría, aupando a Humala a la presidencia.
Lo que no significó en absoluto que su esposa se conformara con ejercer de "primera dama", pese a su nombramiento de embajadora especial de la FAO, sino que se estableció una curiosa bicefalia, que llevó a Nadine a presidir el partido.
La enorme influencia que ejerce en el Gobierno de Humala y que no se corta en disimular, utilizando su cuenta de Twitter para emitir opiniones sobre asuntos polémicos, como ganar al mar territorios chilenos, o anunciar medidas antes de que el ejecutivo las apruebe, no ha beneficiado su imagen.
Ni en su país, donde según las encuestas, su popularidad apenas rebasa el 15% entre los peruanos, a quienes levanta ampollas su afición por el lujo y los modelos de firma en una mujer que se proclama de izquierdas. Ni tampoco fuera de Perú, ya que su manía de acudir a reuniones donde no están invitadas otras esposas de mandatarios, se considera una intromisión inaceptable.
Por eso son muchos los que celebrarían que la investigación iniciada por la Fiscalía dé fruto y demuestre que, según ha publicado la prensa, esos 3.000 dólares invertidos en un modelo de Oscar de la Renta, los 2.300 en un bolso de Vuitton los 592 en bañadores de la firma Onda del Mar, o los 1.200 en camisas de Thomas Pink entre otros, no pertenecen a su íntima Rocío Calderón, una asesora de presidencia en cuya visa aparecen cargados los gastos, sino a la propia Nadine Heredia.
Sería el golpe de gracia para apartarla de sus aspiraciones a la presidencia, ya que dicen que su ambición secreta es ser candidata en las elecciones de 2016, sustituyendo a su marido.
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