PERÚ
La idea de Sergio Markarián es utilizar un esquema 4-3-3 con el siguiente once titular ante los ‘charrúas’, según contó una fuente de Videna aelcomercio.pe: Raúl Fernández; Luis Advíncula, Christian Ramos, Alberto Rodríguez, Yoshimar Yotún; Carlos Lobatón, Rinaldo Cruzado, Luis Ramírez; Jefferson Farfán, Claudio Pizarro y Paolo Guerrero.
Este esquema (4-3-3) deja una primera duda que tiene que ver con la posición en el campo de Jefferson Farfán. ¿Dónde jugará el hombre del Schalke 04? Si uno toma como referencia los partidos anteriores en Lima, Farfán será o bien un cuarto volante por la derecha (de ser así la bicolor se parará 4-4-2 con Ramírez y Farfán de volantes ofensivos, dejando a Pizarro y Guerrero en el ataque) o un extremo por la derecha (siendo el tridente ofensivo Guerrero, Pizarro, Farfán en un 4-3-3). En esta última opción, Paolo es un extremo por izquierda. El ‘Depredador’ ha jugado algunos minutos en esa posición en el Corinthians, sobre todo en los segundos tiempos, pero es evidente que se acomoda mejor dentro del área, como centrodelantero, y no alejado de ella.
La otra posibilidad –aunque inédita si se toma como referencia los anteriores planteamientos de Markarián– es que Farfán se pare delante de los tres mediocampistas interiores (Lobatón o Ballón-Cruzado-Ramírez), abandonando el lado derecho para jugar por el centro de la cancha, como un enganche o ‘10’, formando un 4-3-1-2. De esta forma, Farfán quedaría como el alimentador de Pizarro y Guerrero, quienes esperarán dentro del área para finalizar las jugadas. La posición de Farfán es una incógnita. Lo cierto, sin embargo, es que por las características de juego de los hombres de ataque los cambios se pueden dar en pleno partido. La ausencia de Juan Manuel Vargas en el once ayuda a modificar el sistema sobre la marcha porque el zurdo es extremo o extremo.
El mediocampo. Todo indica que el tridente Lobatón-Cruzado-Ramírez volverá a entrar en acción este viernes en el Nacional. La idea de alinear a estos tres es:
1) Tener predominio de volantes creativos para que el juego sea más prolijo.
2) Garantizar la posesión de la pelota con tipos de buen pie.
3) Los tres permiten ejecutar diferentes planes de ataque: juego interior, juego por fuera, y saltear las líneas.
Este trío funcionó ante Argentina, pero sufrió contra Chile. Si uno analiza el estilo de juego estas dos últimas selecciones y las compara con el uruguayo, se puede prever que el del viernes será un partido más parecido al de Argentina que al de Chile. Uruguay presiona, destruye, pero tampoco asfixia como el equipo de Sampaoli.
URUGUAY
Lo del maestro Tabárez ya es conocido. En Uruguay ironizan con el armado del esquema (4-3-3) que propondrá ante los peruanos. Dicen que hasta las abuelitas saben cómo Tabárez parará a su equipo en el Nacional. Y será de la siguiente forma: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Godín, Diego Lugano, Martín Cáceres; Walter Gargano, Álvaro González [Egidio Arévalo Ríos], ‘Cebolla’ Rodríguez, Diego Forlán, Edinson Cavani y Luis Suárez.
Lo primero que hay que decir del equipo uruguayo es que normalmente se posiciona con el esquema 4-1-2-1-2 en el campo. Su línea defensiva es la misma de la Copa Confederaciones (Pereira, Godín, Lugano y Cáceres). Delante de esta se para Gargano de ‘ancla’. A su lado –apenas unos metros más adelantados– tiene a González (derecha) y Rodríguez (izquierda). Este mediocampo le hizo un destacado partido a Brasil en la Copa Confederaciones y fue utilizado en el último amistoso ante Japón (victoria ‘charrúa’ por 4-2), lo que indica que seguramente Tabárez confiará en ellos para destruir el juego peruano.
Uruguay gana recuperación, mas no creación con estos hombres. Al equipo celeste le importa poco el porcentaje de posesión de la pelota. Es un equipo que a todas luces sacrifica el protagonismo del juego vistoso por efectividad. Lo que le interesa verdaderamente es la cantidad de llegadas que genera y aquellas que logra transformar en gol. ¿Cómo lo hace? Propone un juego de fricción, de disputa; juega a neutralizar las capacidades creativas del rival. Y arriba, en la delantera, todo se basa en la inspiración de sus solistas: Cavani-Forlán-Suárez, una ofensiva de temer para cualquier país del mundo.
En los últimos partidos que este último tridente ha sido titular, incluyendo las Confederaciones, se paró de la siguiente manera para atacar: Forlán de enganche, Suárez y Cavani de puntas. Para defender, a veces Cavani tiende a recogerse unos metros para ser un volante más por derecha. Perú deberá tener mucho cuidado en defensa para frenar a estos tres monstruos (sobre todo cuando saltean líneas para ganar la espalda de sus marcajes). En ese sentido, lo de los ‘charrúas’ tiende a ser previsible en ataque porque trata de que estos tres resuelvan todo con una maniobra individual. No obstante, le basta para ganar. No necesita más. Los partidos se ganan en las áreas y es precisamente en la del contrincante donde los celestes son determinantes.
Por el lado de Uruguay se prevé un equipo de mucha fricción y con vértigo en los metros finales para resolver el partido apelando a la jerarquía de sus atacantes.
Por el lado de Perú se espera un equipo con la pelota en los pies y tratando de que las opciones de gol sean proporcionales al tiempo que tiene la pelota. En un partido decisivo como este la paciencia será importante.
Fuente: El Comercio
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