miércoles, 12 de marzo de 2014

LA UNIVERSIDAD PERUANA Y ALAN GARCÍA


El pasado viernes 21 de enero, con motivo del día de la fraternidad aprista, el expresidente Alan Garcia, dio un discurso en el que se dirigió a los universitarios y profesores arengando que se pretende acabar con la autonomía universitaria a partir de la creación de una superintendencia casi militar sobre todas las universidades.

Lo manifestado por García me hizo recordar una entrevista que le hicieran a Luis Alberto Sánchez (LAS) hace casi 30 años, cuando se debatía la actual ley universitaria.

A continuación cito una de las interrogantes que le hiciera el periodista Mario Campos a LAS.

¿Tampoco es cierto que la autonomía universitaria esté en peligro?
LAS: No es cierto, absolutamente. Oponerse a que los decanos sean doctores, es cretino. ¿Para qué es el doctorado, entonces? Durante quince años la universidad se ha arrastrado penosamente. Olvidó el doctorado, olvidó la tesis, y poco a poco se han ido aflojando los pernos. Se eliminaron los estudios generales y en buena cuenta el hombre saltaba de una media mala a un título conquistado de cualquier manera, con lo cual hemos perdido todos: los profesionales, las universidades, las escuelas y el Perú. Eso no puede ser.

Sí LAS viviera en estos tiempos en que tenemos cerca de 140 universidades y medio millar de filiales regadas por todo el país, no solo diría que se han aflojado los pernos sino que se han abierto puertas y ventanas para la mediocridad en todos sus niveles.

Autonomía Universitaria como la entienden desde hace casi más de una década ¿Para qué? 

Para que sigan apareciendo más universidades con fines de lucro.

Para que un clan familiar se haga de una universidad y ponga a las autoridades. 

Para que un rector diga que la ley universitaria es femenina y por lo tanto hay que violarla. 

Para que se financien partidos políticos y candidaturas a costas de onerosas mensualidades.

Para que un rector viaje con su familia y allegados por casi todo el planeta con recursos de la universidad.

Para que un rector gane dos millones de soles mensuales y la universidad siga rezagada en ciencia y tecnología.

O para que sigamos en la cola de los rankings internacionales y prácticamente en el anonimato en cuanto a producción científica y tecnológica.

Lo curioso del nuevo discurso de García, es que durante su segundo gobierno, cuando se conoció del escándalo de Alas Peruanas declaraba -que como era posible que existan universidades que otorgan título y que no sirvan ni para envolver pescado- o su indignación por la mercantilización de la educación superior.
(Engels Ortiz Samanamud)

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