“El poder nace del fusil” era casi una máxima entre
los progresistas, al referirse a la instauración de un gobierno socialista,
antiimperialista y anticapitalista; de no ser así, quedaba descalificado como proceso revolucionario,
ahí, radica la importancia, el valor y el gran mérito de Hugo Chávez, por
cuanto inició en su país un movimiento de verdadero cambio social en favor de
las grandes mayorías, de manera pacífica y con las mismas armas del sistema
capitalista.
Es decir, en la práctica social no fue necesario el
sacrificio popular y el alzarse en armas, como sucedió en Rusia, China y Cuba,
para sentar las bases de la revolución bolivariana, primero, la revolución
latinoamericana después; pero si sustentadas en las inquebrantables doctrinas
socialistas del marxismo, que obliga gobernar en favor de las grandes mayorías
y contribuir decididamente al mejoramiento de las condiciones materiales de
vida de los que más necesitan.
Creo que en esta forma de iniciar un movimiento social
en Latinoamérica, radica el gran aporte de Hugo Chávez, proclamar la revolución
en las mismas entrañas de una nación cuyo carácter económico era semicolonial y
semifeudal, en tanto, su sometimiento a Estados Unidos, y que otros mandatarios
y líderes venezolanos no se atrevieron a cuestionar y mucho menos cambiar.
La revolución, marca Latinoamérica, fue impulsada
dentro del mismo sistema y luego de haber cumplido y superado los requisitos
que exige una sociedad capitalista, como los de América del Sur; es decir haber
participado en las elecciones generales y ganar las mismas. En este caso, el
comandante Hugo Chávez, ya en el poder inició el proceso revolucionario de su
país, que nosotros le damos el valor de ser creación, inspiración y práctica de
un socialismo contextualizado a nuestra realidad.
Sin duda que el pensamiento de Simón Bolívar, de unir
a toda Latinoamérica en una gran nación para alcanzar el desarrollo y progreso
colectivo, ha sido uno de los soportes fundamentales de la revolución
bolivariana, que paulatinamente influenció en los países vecinos como Ecuador y
Bolivia, donde también comenzaron sendos movimientos revolucionarios en las
mismas características venezolanas, pero con el particular enfoque de los
líderes que encabezan dichos movimientos sociales en sus respectivos países.
Esta forma de revolución a lo latinoamericana, implementada
por Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, es, a mi modo de entender, la
máxima expresión del avance del socialismo en América Latina, que ha tenido un
primer positivo episodio en la generalización de la social democracia en países
como Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile, que hacen abrigar la
esperanza, que soñó Bolívar y estaba materializando Chávez, que América del Sur
se integre plenamente en algún momento, a la revolución latinoamericana.
Por todo esto, creo que debemos revalorar los ideales
del comandante presidente Hugo Chávez y hacer votos para que no se detenga la
construcción de Estados que trabajen por la igualdad, inclusión y bienestar de
las grandes mayorías; de tal modo, que su desaparición física inspire a los
pueblos latinoamericanos para que sigan buscando la liberación de toda la
Patria Grande, en las mismas valientes, perseverantes y particulares formas que
aplicó el líder latinoamericano, en estos tiempos de globalización,
internacionalización, dominio de la era del conocimiento y la internet. ¡Honor
y gloria, al soldado de la revolución latinoamericana!
Carlos Papa Sánchez, Educador y periodista.
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