jueves, 9 de julio de 2015

EDITORIAL: EL PROFE


¿DÍA DEL MAESTRO?. Si una parte de la Sociedad Civil y quienes están de turno en los diversos estamentos de gobierno del país pudieran dictar cadena perpetua o la mismísima pena de muerte, sin duda alguna lo harían para condenar a quienes consideran como los principales responsables de la histórica y tremenda crisis educativa del Perú, los profesores.

Dicha sentencia sería dejando de lado todo el debido derecho a la defensa que tiene toda persona en el ámbito jurisdiccional nacional, inclusive los más insanos criminales, porque como es costumbre alguien debe asumir la culpabilidad de como está la educación peruana, aunque sea inocente; sin tomar en cuenta que la responsabilidad es claramente del modelo económico y quienes se encargan de implementarla, que no alcanza a un modesto docente de aula o por hora.

Pero, solo en el "Día del Maestro", quienes son los principales encausadores de los profesores se olvidan de su incansable y perseverante persecución para "ensalsar, saludar y hasta entregar presentes" a quienes consideran culpables de todo lo que pasa en la educación del país. Es por ello, que los homenajes, reconocimientos y otros detalles en dicha fecha, solo se pueden entender que son falsos, hipócritas y una tregua farsante a la endémica acusación de culpabilidad de la mala situación de la educación en está parte del continente donde su primera dama puede comprarse de la "noche a la mañana" vestidos y joyas de miles de soles.

Considero estas cosas, porque sino no se entendería tanto ensañamiento contra el docente peruano que con 1 200 nuevos soles tiene que mantener a su familia, pagar la universidad de sus hijos, los servicios básicos, alimentación y salud, así como sus gastos de movilidad hasta sus inhóspitos centros de trabajo y los materiales contextualizados para sus estudiantes; mientras un congresista de la República en estas fiestas patrias recibirá 32,000 nuevos soles.

Además, no debemos olvidar que teniendo como referente esa insultante remuneración, hay una exigente demanda meritocrática que el docente acredite maestría, doctorado y otros diplomados que ayuden a mejora la educación. Ironías de la vida, le piden al que no tiene recursos ni fuerza para encarar los problemas de la educación del país, y quienes deben hacerlo simplemente no hacen nada.

Porque si los conductores del Ejecutivo y sus diversos estamentos asumirán que la educación no es solo problema docente, sino presupuestal, los maestros ganaran mejor, no como un congresistas o ministro, pero al menos para que cubra el monto necesario para la canasta básica familiar; además estarían cumpliendo con pagar la deuda social por preparación de clases, luto y sepelio, 20, 25 y 30 años.

Está situación no es ajena a los estamentos burocráticos descentralizados como los gobierno regionales que han caído en la monótona indiferenciada de no atender las demandas pendientes  de los maestros y mucho menos han sido capaces de diseñar una política educativa regional, salvo honrosas excepciones como los esfuerzos que viene haciendo la región Moquegua.

No nos vamos a ocupar de la ola de incapacidades y presuntos actos de corrupción que envuelven a los gobiernos regionales y sus órganos descentralizados, como el de Lima, porque alargaría el presente comentario, pero el experimentado Chui Mejía no es capaz ni de renovar las laptops que su antecesor dejó presupuestado, mucho menos será competente para elaborar una política educativa regional que acabe o por lo menos intente acabar, con está difícil situación del maestro de la región y el país. Por que se ve que sus preocupaciones son otras, como la de dar licencia a tanto granuja y casi prontuariado funcionario que se permite comprar una mochila a 100 soles cuando en el mercado cuesta a lo sumo 20.

Y de los gobierno locales ni decir nada, porque son poquísimos los que si se atreven a destinar presupuesto para educación, como el caso de las academias preuniversitarias promovidas por las municipalidades, la adquisición de buses para trasladar estudiantes, como lo ha hecho Sayán; pero de manera directa no hay un programa de estimulo a los conductores de la educación, los maestros.

Finalmente, por ahora en este tema, solo tengo que decirlo, no está lejana la fecha en que la Real Academia de Lengua Española considere que la PROFE sea una acepción gramática oficial y aprobada para su uso; toda vez que la aprobación consuetudinaria entre los peruanos hace rato autorizó su utilización.

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