miércoles, 20 de enero de 2016

CAPITAL SOCIAL: DETERMINANTES DE LOS PRECIOS DEL PESCADO EN PERÚ

Por Econ. Víctor Alvino Guembes


El pescado es uno de los productos alimenticios más comercializados en el mundo, según la publicación de la FAO (2014-15) la producción pesquera y acuícola mundial ascendió a un total de 158 millones de toneladas en 2012, aproximadamente 10 millones de toneladas más que en 2010 y en cuanto al valor de comercialización, en el año 2012 se comercializo por un valor de US$ 130,000 millones de dólares americanos, y se estima que continúe aumentando en los próximos años. 

A nivel mundial, la Sociedad Nacional de Pesquería (2014) señaló, de acuerdo al reporte de la FAO Food Outlook de junio del 2014, que en la última década el precio del pescado ha incrementado en 70% en términos normales, que equivale a un incremento del 39% en términos reales. El incremento del precio en el 2014, fue por el cambio en la dieta de los consumidores y el incremento costo del petróleo que se refleja en el alza del costo del transporte. 

En Perú, el consumo por habitante de pescado fue de 20.6 kilogramos en el 2000, incrementado a 23.1 kilogramos en el 2012, siendo el pescado fresco el de mayor consumo, según los datos que reporta el INEI. De acuerdo con la información de la Sociedad Nacional de Pesquería, las especies que se encuentran en el mercado para consumo humano directo son jurel, liza, cabrilla, pejerrey, lenguado, chita, corvina, perico, lorna, bonito, entre otros, y son extraídos por los pescadores artesanales principalmente. Así mismo, el jurel, la caballa y la merluza son extraídos por la pesca industrial.

Durante los últimos los gobiernos han tenido como meta incrementar el consumo interno directo de pescado. El gobierno de García planteó como meta aumentar el consumo hasta 40 kilogramos para el 2016. Respecto al alza de precio en el 2010, se señaló que tuvo tres determinantes: (a) el valor de los recursos pesqueros que va en aumento, (b) demanda creciente por el pescado, que presiona para aumentar la presión de pesca y (c) los patrones de conducta pesquera que se rigen por la economía, es decir se captura las especies de precios altos primero y luego, la especies de menor precio. Adicionalmente, los precios del pescado han subido a nivel mundial, lo que incrementó la renta de la actividad e incrementa la presión sobre la biomasa, incluyendo lo que demanda la regulación a nivel mundial y en el Perú, para asegurar la sostenibilidad de los productos hidrobiológicos en general.

Por otro lado, Trigoso (2011) en una entrevista a Javier Vargas Guimaray, presidente de la Asociación de Restaurantes Marinos y Afines de Perú (Armap), indicó que el incremento de la demanda del pescado se da por el boom gastronómico que se vive en Perú y que se refleja en la inversión para abrir nuevos restaurantes, siendo el mayor porcentaje de cocina marina, así como restaurantes peruanos en el extranjero. Respecto al precio, señaló que se ha incrementado en la última década y que es más económico importar. El artículo concluye que se ha incrementado la demanda pero no la oferta, el futuro es incierto respecto al incremento de la oferta para satisfacer el consumo de la población peruana por los efectos climáticos, preservar la biomasa y las políticas públicas. 

En el año 2015 la Sociedad Nacional de Pesquería señaló que el precio del pescado para consumo humano entre enero y agosto del 2015 subió en promedio 50% en los mercados de Lima y Callao. Entre los factores que presionan los precios al alza es la menor oferta de pescado, el crecimiento de la población y del nivel de los ingresos que generan un incremento en la demanda del pescado. Respecto a la oferta, no se puede extraer mayores toneladas pescado porque el Ministerio de Producción y el Instituto del Mar Peruano están orientados las políticas públicas a un manejo sostenible de las especies, equilibrar la biomasa y evitar la depredación. Los datos no son muy concluyentes en materia de desembarcos de pescado para consumo humano, por ejemplo, en el primer semestre del 2013 fue menor en 80 toneladas en comparación con el primer semestre del 2012, representando una caída del 12.4%.

Durante los últimos los gobiernos han tenido como meta incrementar el consumo interno directo de pescado. El gobierno de García planteó como meta aumentar el consumo hasta 40 kilogramos para el 2016. Respecto al alza de precio en el 2010, señala que tiene tres determinantes: (a) el valor de los recursos pesqueros va en aumento, (b) demanda creciente por el pescado, que presiona para aumentar la presión de pesca y (c) los patrones de conducta pesquera se rigen por la economía, es decir se captura las especies de precios altos primero y luego, la especies de menor precio. Adicionalmente, Paredes (2012), señala que los precios del pescado han subido a nivel mundial, lo que incrementa la renta de la actividad e incrementa la presión sobre la biomasa, lo que demanda regulación a nivel mundial y en el Perú, para asegurar la sostenibilidad de los productos hidrobiológicos en general.

Por su parte, Acha (2013) señala que la demanda de pescado no varía en la misma proporción que los precios. Si el incremento de la demanda se explica por cambios de hábito de alimentación, comer sano, la disposición a pagar será mayor, así como la disposición a pagar por las especies de mayor demanda. La alternativa para incrementar la oferta de pescado es la acuicultura, incrementar los niveles de producción e incentivar el consumo.

En el caso de los mercados de Lima Metropolitana, el estudio de Carpio & Vila (2010) concluye que los precios se determinan por la oferta y demanda, siendo los mayoristas o intermediarios que analizan la demanda, realizan sondeos sobre el abastecimiento de cada mercado para decidir a qué mercado abastecer. El precio es determinado por la venta en los camiones isotérmicos, de propiedad de los mayoristas. El minorista determina el precio en función del precio comprado.

Revisando la teoría económica, Plaza (2005) cita a Marshall (1890), que explica que los mercados varían respecto al periodo de tiempo para que equilibren la oferta y demanda, si el periodo es corto, la oferta queda limitada a las existencias, caso del pescado para consumo humano, y si el periodo es largo es influenciada por los costos de producción. Asimismo, Plaza (2005) señala que el mercado de pescado fresco en los centros de acopio, el precio de determinada especie se fijara independientemente de los costos incurridos en la pesca, siendo determinante la demanda.

Para concluir, las publicaciones e informes respecto a la demanda de pescado para consumo humano directo a nivel mundial y en el Perú y la determinación de los precios, la mayoría de análisis vertidos coincide en que la extracción se ha mantenido estable en la última década, la demanda se ha incrementado por el aumento de la población, cambios de habito en el consumo, el aumento del nivel de ingresos familiares y, por último, el boom gastronómico. La oferta de pescado proviene de una fuente que no aumenta en los mismos niveles, por efectos climatológicos, la extracción no puede ir al ritmo que tienda a la depredación de las especies y es función del Estado regular por medio de cuotas y vedas. La demanda incrementa, la oferta no aumenta, en consecuencia determina el alza de los precios, siendo la mayor presión en las especies más demandadas. 

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