Por: Yofré López
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La solicitud de vacancia en contra de Elgar Marreros ha develado el verdadero rostro de su gestión, ha puesto en evidencia que su clan familiar no mide consecuencias en su ambición por el poder y el dinero. La señora Patricia Gomero no se conformó con ser una sencilla trabajadora municipal, quiso hacer gala de la omnipresente influencia que tiene sobre su conviviente para que ordenaran su ascenso a la subgerencia de Control Tributario, con el aumento de sueldo correspondiente. Sus órdenes o caprichos se hicieron realidad comprometiendo seriamente la situación legal de funcionarios de confianza y del mismo alcalde, ya que ahora pesa sobre él una solicitud de vacancia que podría hacerse efectiva como regalo de navidad para sus opositores.
Por otro lado hemos verificado cómo se manipula una pequeña masa juvenil con fines netamente proselitista, liderados por el hijo del alcalde Obed Marreros y su regidor Jhonatan Urbina. Esta agrupación se llama Juventud Para el Gran Cambio, que hace gala de un supuesto sentimiento de compromiso social y caritativo, pero con plata ajena, ya que se ha evidenciado la utilización de recursos públicos para casi todas sus actividades que tienen como único fin, la propaganda política de un caudillo.
Por otro flanco está el hermano del alcalde, Roger Marreros, quien aparece muy poco en escena por su oscuro pasado, sin embargo lo vimos muchas veces coordinando con los nuevos angelitos de SEMAPA Barranca, hoy denunciados por abuso de autoridad y acoso sexual, lo que además está costando cuantiosas multas que deben ser pagadas por el bolsillo de los contribuyentes.
Se refleja entonces una desmedida hipocresía en el discurso eclesiástico de Elgar Marreros, que predica como los fariseos, con un verbo vacío y sin congruencia, parco de propuestas y sin acciones concretas, pero de frondosa demagogia. Estas características que asoman antes del primer año de su gestión edil, son los síntomas de la corrupción viral que se estacionó también en la gestión del ex alcalde Romel Ullilén, donde gobernó la colusión absoluta para proteger la mentira y el latrocinio extremo.
Volviendo al caso de nepotismo y la solicitud de vacancia en contra de Marreros, vemos que el Jurado Nacional de Elecciones ha recibido el descargo correspondiente del imputado, y lo que apreciamos en su alegato es una total transgresión a los principios fundamentales de la doctrina cristiana que pregona el burgomaestre. Decirle al JNE que Patricia Gomero Espejo jamás se ha desempeñado como Subgerenta de Control Tributario es un insulto a los ciudadanos de Barranca. Existen sendas declaraciones y explicaciones a la prensa donde sus funcionarios de confianza admiten que efectivamente hubo una encargatura para la conviviente del alcalde, sin embargo Marreros dice ahora que jamás su conviviente estuvo al frente de alguna subgerencia, y para fundamentar esta patraña se adjunta un informe del área de Recursos Humanos que no solo avala la mentira sino además la está institucionalizando, tal como lo hizo con total desparpajo en su oportunidad Romel Ullilén Vega.
El JNE que apuesta por una reforma electoral, debe también apostar por erradicar el nepotismo de la gestión pública.
Fuente: Barranca.pe
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