DETRÁS DE LA LENTE: CONTRASTES DE LA VIDA EN LA ERA DEL CONOCIMIENTO

Los contrastes de la vida son extraordinarios, en el mundo actual en que vivimos la era de la Internet, celular, sistema digital pocas veces los ciudadanos gozaron de tanta información como en este momento, la superabundancia de vehículos tomó por sorpresa a mucha gente, algunos nacieron teniendo carro , pero la mayoría aún no había tenido ni siquiera un carro de juguete, el tiempo pasa tan rápido y lo podemos ver en las calles con jóvenes en plena adolescencia tocando claxon el día entero en sus motos, no tuvieron tiempo de ser niños y rápidamente están convertidos en padres de familia combinando la infancia con la juventud disfrutando de discotecas ambulantes a alta velocidad. 

Poco entienden que el claxon solo se usa en necesidad extrema. Han convertido la ciudad en un infierno de ruidos de gases tóxicos. Sería más fácil encontrar un piojo en la cabeza de un moto taxista que una pisca de gentileza, amabilidad y buen habito, y sobre todo buen trato muy poco son estos transportistas que se conducen respetuosos. 

Al cruzar las calles los ciudadanos tienen que encomendarse al divino creador, cada esquina que pasan los peatones tienen que hacer de toreros, “los niños taxi” meten la moto al cuerpo de los peatones que aún no terminan de cruzar la pista y de paso le dan una mentada de madre, indicando que ya el semáforo esta en verde debiendo apartarse insofacto. No hay ningún tipo de contemplación sea hombre, mujer embarazada, niños o ancianos, no les importa un pepino. 

"Yo soy huachano" me contaba un amigo que ahora sufre algo de parálisis de las piernas producto de un atropello, viví otra época lo mío eran arenales con sauces enormes, camino solitarios, árboles frutales como en un paraíso, recuerdo con nostalgia los palios, las ciruelas frailes, abundante uva, cualquier fruta y caminaba descalzo, que tranquilidad. 

Los burros por aquí siempre han sido animales extraordinarios, fueron tiempo de vida plena, estos animales siempre han sido inteligentes y nunca hacen ruido muchos los comparaban con los relojes edox daban la hora exacta y decía que sus abuelos estaban acostumbrados a escuchar su rebuzne, paraban de trabajar porque les anunciaba el medio día exacto la hora del bitute. Decía este patita que solía montar y recorrer los largos caminos llenos de árboles, sauces y que recordaba el silbido que producían en las tarde de viento fuerte, aquellos tiempos no habían semáforos pero “el burrito” cada vez que iba a cruzar una acequia siempre se detenía observaba el puente cuidadosamente y cruzaba luego poco a poco apresuraba su paso.

Se ha perdido la época humanizante que viví me dijo, hermano, ni siquiera han dejado caballos porque estos desgraciados de los “abigeos” se los están comiendo, ojala las próximas autoridades trabajen por una ciudad más humana y puedan fiscalizar aquellos que venden películas en tiendas que solo enseñan a matar con hacha, cuchillo, machete, como descuartizar , como desaparecer , como envenenar, todas esas películas que no tienen nada de humanidad que se exhiben en los centros comerciales y que están en venta a precio de dos soles a alcance de cualquier joven o niño.

(Eduardo Escobar)