Por: Marcelino Antonio Agapito Manco
Desde el año 1995 aprox. un pequeño grupo de líderes locales han venido luchando como espartanos para evitar la sobre-explotación de la napa freática, principal problema de la extinción del plátano Maleño. Una vez más se busca lavar el rostro de la inacción, promocionando una actividad para intentar cumplir solo con el calendario.
EN FEBRERO
Advierto un garrafal error de concepción de tiempo, porque dicho festival debió de realizarse máximo la última semana de febrero, es inaudito realizarlo encuadrándola a gusta y gana de la autoridad, o de algún funcionario para satisfacer intereses personales o políticos.
Por supuesto que tenemos que apoyar esta actividad, que este año nació cojo y fuera de tiempo. Programarlo entre la intersección de Av. Antigua Panamericana, con calle Francia no es el lugar adecuado por razones de seguridad, sino se debe tomar la totalidad de la Calle Francia, dejando una distancia mínima de 20 metros en los extremos para evitar accidentes de tránsito.
DE-PREDADORES
Hoy se sigue depredando la napa freática en millones de metros cúbicos de agua que van a satisfacer necesidades secundarias y no prioritarias en el Balneario de Asia, llevándolo por tuberías frente a las narices de cada uno de nosotros, incluso debemos saber que con esa agua este balneario recauda varios millones de soles, mientras el agricultor sufre.
Esta deshumanización es ofensiva para todos los Maleños, en ASIA estos clubes de playas han convertido los secos arenales en mantos verdes a costa de la extinción del plátano Maleño. ¿Cuál es la posición del Alcalde Palermo Figueroa y su Cuerpo de Regidores con respecto a la sobre-explotación?
NO SE OYE
Lo cierto es que los lideres, si es que los hay, están ausentes y callan en estos temas emblemáticos, porque le tiemblan al terrateniente, al oligarca, al dueño del dinero, esa sumisión se ve reflejada en que una vez terminada las elecciones la gran mayoría se esconde y solo aparece en una nueva contienda electoral.
Pronto llegará el día que nos quedemos sin una sola gota de agua, quizá sea demasiado tarde.
Recuperemos el plátano Maleño, pero de verdad, no maquillemos la naturaleza del fruto emblemático que alguna vez nos dio fama y sabor, levantemos nuestra voz de protesta, organicemos eventos que verdaderamente conciencien y dobleguen al opresor, caso contrario el festival del plátano no tiene ningún valor, salvo mejor parecer.
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