jueves, 4 de diciembre de 2014

ELECCIONES EN ÁNCASH EN MEDIO DE LA DEMAGOGIA Y EL OLVIDO

Pobladora de Anta mira resignada una pinta del partido de Waldo Ríos que ofrece falsamente 500 soles por familia con fondos del canon minero.

INCERTIDUMBRE. El sentenciado por corrupción Waldo Ríos tiene como propuesta la inaplicable asignación de 500 soles a cada familia. Ricardo Narváez ofrece destinar el 50% del canon minero al agro. En el último debate, ninguno habló sobre la corrupción y el millonario déficit que dejó como herencia César Álvarez.

—¿Usted cree que Waldo Ríos va a poder entregar 500 soles a cada familia?
Germán Huerta Zacarías camina con su esposa por la calle que da hacia el hospital abandonado de la provincia de Carhuaz. Ya casi oscurece y el comunero de 43 años responde con seguridad:
—Sí, tal vez un año le va a tomar hacer la gestión, pero imagino que al siguiente año ya va a poder entregar ese dinero.

La principal propuesta del candidato regional Waldo Ríos Salcedo de entregar 500 soles a cada familia, con fondos del canon minero, parece haber calado en un sector de la ciudadanía. De otro modo, ¿cómo explicar que este postulante sentenciado por corrupción haya podido destacar de entre 18 candidaturas regionales hasta alcanzar su pase a la segunda vuelta?

Waldo Ríos, un hombre curtido en el discurso demagógico y experto en el arte de evadir a la prensa, confrontó el domingo último con su adversario del movimiento Ande Mar, Ricardo Narváez, en un debate organizado por el Jurado Nacional de Elecciones, con miras al balotaje de este 7 de diciembre.

Frente a las cámaras de televisión, ambos derrocharon promesas, se lanzaron pullazos y ninguno hizo alusión alguna al déficit presupuestal que deja el ex presidente de ÁncashCésar Álvarez. Tampoco hablaron sobre los casos de corrupción pendientes de ser investigados. Y ni una sola palabra sobre las obras abandonadas, como el hospital Nuestra Señora de las Mercedes de la provincia de Carhuaz.

La herencia corrupta
Al ser preguntado por aquel hospital abandonado, el comunero Germán Huerta observa la infraestructura de cemento y calcula unos tres años desde que la obra quedó paralizada. Según una denuncia presentada ante el Ministerio Público, el proyecto fue iniciado a fines del 2011 y debió ser entregado en los últimos meses del 2012.

Durante las investigaciones, se detectó que la gestión de Álvarez había reportado ante el Ministerio de Economía y Finanzas un gasto de más de 11 millones de soles y un avance físico del 99.9% de la obra. Todo era falso. La obra presenta serios retrasos y hasta hoy luce como una infraestructura propia de un pueblo fantasma.

Y como siempre, son los pobladores quienes pagan la negligencia de sus autoridades. Los pobladores de Carhuaz obligados a peregrinar hacia el distrito vecino de Acopampa, donde se encuentran refugiados los profesionales de la salud que anteriormente trabajaban en el hospital abandonado.

En el establecimiento de Acopampa se hace más nítido el caos: desde el ingreso, el pasadizo está obstruido con grandes cajas donde están guardados equipos que no pueden ser instalados por falta de espacio. Hacia la izquierda, una cortina hace de puerta hacia la sala de emergencia. En el interior solo hay dos camillas.

—Si pasa un accidente, solo podemos atender a dos pacientes, a los demás tenemos que enviarlos a Huaraz —se lamenta el jefe de servicio de emergencia, Tulio Vilca—. Si la ley fuera estricta, este hospital tendría que estar cerrado.

Pero esta no es la única tragedia generada por obra y gracia de la gestión corrupta del dos veces presidente regional y ahora detenido en Piedras Gordas, César Álvarez.

Si una agencia de viajes optara por crear un circuito turístico de la corrupción, aquel circuito podría llamarse César Álvarez y el paquete incluiría más de cien obras mal ejecutadas o paralizadas por falta de pago a las empresas ejecutoras, según fuentes del gobierno regional.

En Huaraz, uno de los atractivos sería el estadio sobrevalorado y mal construido de Rosas Pampa, donde hay partes de la tribuna que impiden ver la escena del gol. Y en las zonas más alejadas la gente comenta acerca de la “obra invisible” ubicada en la provincia de Mariscal Luzuriaga. Allí, la gestión de Álvarez pagó a una empresa más de 4 millones de soles para un canal de riego que hasta hoy no existe.

La situación es crítica. El mismo presidente regional en funciones, Zenón Ayala López, reveló que el gobierno regional de Áncash tiene un déficit de 355 millones 544 mil nuevos soles. Se trata principalmente de deudas con empresas que ejecutan obras por contrata, las mismas que se encuentran abandonadas.

Este es el resumen de la corrupción, el déficit y las obras paralizadas que deja como herencia la gestión de César Álvarez. Y estos son los temas que los candidatos Waldo Ríos Salcedo y Ricardo Narváez Soto prefieren evadir en sus discursos de campaña.

Para Eliezer Vértiz Urbina, presidente de un comité de lucha contra la corrupción, la explicación tiene que ver con que ambos postulantes tendrían vinculación, en mayor o menor nivel, con personas del entorno de César Álvarez. Es por eso que él plantea el voto nulo o viciado.

Candidato “aprista”
—Y usted, señora, ¿por quién va a votar?
—Por Narváez será, qué me queda —responde una comerciante de comida de paso, en el puente del río Quilcay, en Huaraz.

La principal crítica que pesa sobre el ingeniero forestal Ricardo Narváez Soto es que ya tuvo su oportunidad, pues fue elegido vicepresidente regional de Áncash para el periodo 2003-2006, por el partido aprista, pero asumió la presidencia cuando declararon la vacancia de Freddy Ghilardi Álvarez.

Narváez ahora postula por el movimiento Ande Mar, pero siempre le recuerdan su militancia en el partido de la estrella. Y le recuerdan también que el puente sobre el río Quilcay, la única obra trascendente que ejecutó durante su gestión, nunca fue culminada. Él se defiende señalando que la parte ornamental del puente debió haberla culminado César Álvarez.

También le critican por no haber hecho un deslinde claro con el detenido Álvarez. Y tiene además la desventaja de no haber colocado ni un solo consejero regional de su movimiento, situación que pondría en riesgo la gobernabilidad, aunque él lo descarta. Su principal propuesta es la asignación del 50 por ciento del canon minero para el sector agrario.

El demagogo
En las paredes de las casas de adobe ubicadas al borde de la pista que une a Huaraz con las provincias de Carhuaz y Yungay destacan unas letras azules con la principal oferta electoral del candidato del movimiento Puro Áncash: “Waldo 500 soles”.

No todos los pobladores de esta zona rural creen en esta propuesta. En el centro poblado de Huashao, un grupo de comuneros estalla en carcajadas al escuchar eso de los 500 soles por familia. La decena de vecinos reunidos en la casa del presidente comunal Jaime Ramos Jiménez asegura haber votado por Waldo Ríos en la primera vuelta. Ramos explica tal decisión en el hecho de que Narváez ya gobernó y no hizo obras.

El hombre de poncho y sombrero de inmediato se queja de que la gestión de Álvarez les haya engañado con el gasto de más de 1 millón 700 mil soles en el mantenimiento de una carretera que ahora luce descuidada. Enseguida, las mujeres reclaman porque tienen que viajar una hora hasta Yungay cuando tienen que dar a luz.

A raíz de comentarios de este tipo, es válido asumir que el voto por Waldo Ríos no es solo una respuesta favorable ante la oferta de entrega de los 500 soles por familia. El voto por este candidato, que sale a las comunidades a pregonar su propuesta demagógica con un acento de predicador, es también el voto de la frustración ante el abandono del Estado.

Que Waldo Ríos haya sido sentenciado por corrupto, por haber recibido 10 mil dólares de Vladimiro Montesinos para cambiarse de bancada, es algo que poco parece interesarle a un considerable sector de la población.

Cuando su adversario Ricardo Narváez le encaró en el debate por haber recibido dinero de Montesinos, el candidato Waldo Ríos hizo aflorar el más cínico de sus discursos: “¡Gracias a Dios tengo mi frente muy limpia (…)!, ¡nunca he recibido plata mal habida!”.

A la gente tampoco parece interesarle el hecho de que si logra ganar las elecciones, Waldo Ríos no asumiría la presidencia regional por estar inhabilitado por el Poder Judicial. En su reemplazo, jurará en el cargo Enrique Vargas Barrenechea, un chef de 32 años.

Al culminar el debate, Waldo Ríos optó por arrinconarse en una esquina del comedor del hotel, para esperar el retiro de la prensa. Luego de más de media de espera, al salir, lo abordamos y entonces se produjo está insólita entrevista:

—Señor Waldo Ríos, ¿cuál es su balance de este debate?
—(Silencio)

—¿Qué plantea para luchar contra la corrupción?
—(Silencio)

—¿Cuál es el perfil de su candidato a vicepresidente quien, según el jurado electoral, sería quien asuma el cargo y no usted?
—(Silencio y acelera el paso)

—¿Tendrán una gestión transparente?
El candidato con acento de predicador opta nuevamente por el silencio y sube raudo a su camioneta de lunas polarizadas para emprender el más inesperado e innecesario éxodo.

En 1ra vuelta
17.99% Es la votación alcanzada por Ricardo Narváez en primera vuelta.

17.39% Es el respaldo obtenido por el candidato Waldo Ríos.

El dato
POBREZA. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2013, la región Áncash registró un índice de pobreza monetaria de 23.5%.
Fuente: La República/Wilber Huacasi

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