FUERA DE LO COMÚN. El entierro de doña Prisila Natividad Espada no fue como los entierros tradicionales, es decir con mucho pesar, lagrimas y una profunda tristeza por la perdida de un ser querido, sino entre bailes al estilo de su natal Ámbar, cerveza, pasacalle y canciones andinas interpretadas por una banda de músicos, en la tarde del miércoles 31 de enero.
Los familiares hijos, nietos, biznietos y tataranietos de la longeva de 107 años la cargaron en hombros y la llevaron bailando desde su domicilio ubicado en la calle José Carlos Mariátegui hasta el campo santo "Nuestra Señora del Carmen" de La Hoyada, tomando prácticamente la totalidad de la amplia avenida Cincuentenario del distrito de Hualmay, provincia de Huaura, región Lima.
Doña Prisila Natividad Espada el paso 11 de enero celebró al lado de su numerosa y unida familia, nada menos y nada más que 107 años de edad, como presagiando su despedida de la mujer natural del distrito de Ámbar.
Ahora ya descansa en paz, doña Prisila Natividad Espada, que hasta hace poco mostraba una envidiable lucidez, toda que vez que se desplazaba con normalidad a pesar de su avanzada edad.
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