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Cuando una familia se separa se dice que los que más sufren son los hijos, pero un reciente y exhaustivo estudio de la Universidad de Essex, asegura que luego de que una familia se desintegra, las madres y los niños son los que más sufren.
Para llevar a cabo este estudio, se analizaron los niveles de vida de cada miembro de la familia, teniendo en cuenta diferentes aspectos de cada uno de ellos.
Se llegó a la conclusión que de cada cinco mujeres, una de ellas llega al nivel de pobreza tras la separación. Sin embargo, después de una separación con hijos adultos, aproximadamente la mitad de las madres caen en pobreza, una proporción mucho más alta que la de los hombres.
Esto también afecta a los niños, ya que se señaló que el 19% de los niños que sufren la separación de sus padres, también caen en la pobreza. Todo esto se debe a que en la mayoría de situaciones, el padre es la principal fuente de ingresos del hogar.
Si bien después de la separación este sigue aportando pensión alimenticia y otros pagos, esto no llega a compararse con el ingreso que se tenía cuando la familia estaba unida.
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