El último martes, con 331 votos a favor y 225 de los conservadores en contra, la Asamblea Nacional francesa aprobó de forma definitiva el texto que legaliza los matrimonios entre personas del mismo sexo, y les reconoce el derecho de adoptar niños. La derecha anunció que apelará el texto ante el Consejo Constitucional, que deberá pronunciarse en las próximas semanas antes de que la legislación entre en vigencia plena.
Sin embargo, uno de los hechos que paso de inadvertido para algunos, fue la ejemplar actuación del presidente de dicha asamblea, Claude Bartolone, quien poco antes de la votación obligó a desalojar la tribuna de invitados por los gritos insultantes y desordenados lanzados por opositores a la ley.
“Los enemigos de la democracia no tienen nada que hacer en el hemiciclo”, ordenó con gesto firme en medio de los aplausos de los miembros del parlamento.
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