Por Econ. Víctor Alvino Guembes
Quien se suscribe ante ustedes estimados lectores está totalmente de acuerdo con el pedido del presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, quien pidió hace poco a los Gobiernos empeñados en corregir la creciente desigualdad y que se esfuercen por impulsar la "prosperidad compartida" y, especialmente, por mejorar la vida del 40 % más pobre de la población de los países en desarrollo.
"¿Cómo vamos a resolver el problema de la desigualdad? Valiéndonos de una frase que sugiere una solución: prosperidad compartida”. Ojalá los gobiernos entendieran y respaldaran políticas y esfuerzos destinados a garantizar a que todos se beneficien con el crecimiento, no solo aquellos que ya controlan el capital o tienen acceso a él”.
Para poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad compartida tienen que darse tres cosas: es lo que denominamos crecer, invertir, asegurar. Hacer crecer la economía, invertir en las personas, y asegurarlas para que no corran el riesgo de retroceder”. De los tres elementos, el crecimiento económico debe estar acompañado por el aumento de los salarios y la creación de empleo como el factor más útil para poner fin a la pobreza e impulsar la prosperidad compartida.
No estoy de acuerdo con aquellos que creen que el crecimiento por sí solo es la panacea que resolverá todos los problemas. Centrar la atención en el crecimiento del producto interno bruto es simplista. Rechazo planteamientos de efecto de "filtración" que dan por supuesto que el crecimiento indiferenciado impregna y fortifica el suelo, con lo que todo comienza a florecer, incluso para los pobres.
Debemos encontrar un modelo de crecimiento económico que sea inclusivo y solidario, que permita a los ciudadanos más desfavorecidos salir de la pobreza, más que mantener a los que están en la parte superior de la escala en ese lugar.
Pero, “¿Qué podemos hacer en un momento como el que estamos viviendo, con escaso crecimiento mundial?” Una respuesta consiste en alentar a los países a hacer todo lo posible por impulsar el crecimiento, lo cual a menudo significa implementar reformas tales como suprimir los subsidios regresivos a los combustibles fósiles, mejorar el clima para los negocios y hacer más eficiente y dirigir mejor el gasto público.
Otro paso importante consiste en que los países en desarrollo establezcan sistemas más equitativos y más transparentes de recaudación de impuestos. Son demasiados los países donde los ricos evitan pagar lo que les corresponde. Algunas empresas aplican elaboradas estrategias para no pagar impuestos en los países donde trabajan, y esto representa una forma de corrupción que perjudica a los pobres.
Cualesquiera fueran el nivel o las perspectivas de crecimiento económico, los Gobiernos deben seguir invirtiendo en las personas y las aseguraran contra los riesgos y los desastres que amenazan en la vida moderna, para que las crisis cotidianas no ocasionen demasiadas perturbaciones.
“Es así que hay muchas personas de todos los países, incluida la nación en que vivimos, a las que tan solo una enfermedad o un accidente pueden arrojar a la indigencia. Tener el objetivo de poner fin a la pobreza extrema sin pensar en evitar que las personas vuelvan a caer en la pobreza no tiene sentido".
No hay comentarios:
Publicar un comentario