martes, 9 de octubre de 2018

MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA DE LA SOCIEDAD ES DECIDIRSE CON VOLUNTAD Y AMOR AL FUTURO QUE LE ESPERA A NUESTRAS FAMILIAS A INVERTIR EN EL DESARROLLO DEL CAPITAL HUMANO

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Por Econ. Víctor Alvino Guembes

Los avances científicos y tecnológicos están transformando la vida de las personas: incluso ayudan a los habitantes pobres a disminuir la diferencia en la esperanza de vida con respecto a los no tan pobres. 

Sin embargo, por ejemplo, en la Región Lima, las poblaciones de pobres enfrentan aún enormes desafíos, ya que casi una tercia parte de los niños menores de 5 años están malnutridos, y el 60 % de los estudiantes de escuela primaria no logra ni siquiera un nivel educativo básico y, sobretodo, de calidad. De hecho, cerca de más de 10% del total de niños y jóvenes pobres en la región Lima no reciben ningún tipo de educación. Entonces, si existe el argumento moral para invertir en la salud y la educación de todas las personas. 

No obstante, hay también un argumento económico: estar preparados para competir y prosperar en un entorno que cambia rápidamente. El llamado “capital humano”: el potencial de los individuos, es la inversión de largo plazo más importante de la Región Lima para la futura calidad de vida y prosperidad de su población. El gobierno nacional y ahora los gobiernos regionales llevan mucho tiempo invirtiendo en el crecimiento económico, concentrándose en el capital físico, como carreteras, puentes, aeropuertos y otras obras de infraestructura. 

in embargo, han invertido poco en su gente, en parte porque los beneficios de dichas inversiones han sido mucho menores y más difíciles de medir. Por tanto, aseveraría contundentemente que en la Región Lima, la fuerza de trabajo no está preparada para el futuro que evoluciona aceleradamente. La frontera para las competencias avanza más rápido que nunca. Los gobiernos regionales y locales deben apurar el paso ahora y preparar a los trabajadores para los enormes desafíos y oportunidades que están siendo impulsados por el cambio tecnológico. 

Los responsables del manejo de los Gobiernos regionales y locales pueden desempeñar un papel fundamental en la transformación del capital humano, porque la pobreza, la desigualdad y otros obstáculos impiden a las familias invertir en la salud y la educación de sus hijos.

¿Qué hacer?
Aceptar que es un gran desafío que apremia y requiere de voluntad y amor por nuestras familias de cara al futuro que les espera. Dar prioridad al capital humano de una manera sostenible, dado el profundo reconocimiento de que el empleo y los trabajadores cualificados son esenciales para el desarrollo en una sociedad como la nuestra de todos los niveles de ingreso. 

Los tres objetivos principales de esta política de invertir en Capital Humano son: primero, crear la demanda de más y mejores inversiones en las personas; segundo, ayudar a los países a reforzar sus estrategias e inversiones de capital humano para conseguir mejores resultados rápidamente, y tercero, mejorar la manera cómo se mide el capital humano. Estos deberán estar relacionados con la productividad, como la supervivencia infantil, la predisposición innata de los niños para ser exitosos, el aprendizaje de los estudiantes y la salud de los adultos.

Ser transparentes en la gestión para transformar de manera eficiente
Medir transparentemente los índices aplicativos para la salud y educación sin manipular ni omitir información nos permitirá saber cómo marcha la salud de los niños, jóvenes y adultos, así como la cantidad y calidad de educación que un niño nacido hoy puede esperar alcanzar a los 18 años. 

Esto ayudará a motivar a las personas y los encargados de formular políticas a exigir y crear mejores servicios. El propósito de los datos es impulsar un diálogo, liderado por los niveles más altos de gobierno importantes para el futuro. Ningún gobierno regional y local puede permitirse no invertir lo suficiente en su capital humano. 

Si bien el contexto puede ser diferente, un énfasis en el capital humano es clave para todos los niveles de ingreso, puesto que las competencias evolucionan rápidamente y la demanda por una mejor educación y salud aumenta en todas partes. Invertir en de Capital Humano debería contribuir a avanzar hacia un mundo en el cual todos los niños pueden ir a la escuela bien alimentados y están preparados para aprender; pueden lograr aprender en la sala de clases, y pueden ingresar al mercado de trabajo como adultos saludables, cualificados y productivos.

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