Quiero hablarles sobre la erradicación de la pobreza; más concretamente, quiero hablarles sobre la forma en que un enfoque colaborativo para el conocimiento, el aprendizaje y la innovación puede convertirse en un poderoso acelerador en nuestro esfuerzo colectivo por erradicar la pobreza.
El caso del río Ganges
Pero, antes que nada, quisiera comenzar con una historia de un país bastante lejano, tal vez hasta poco conocido, me refiero a la India. Es una historia acerca del río Ganges. El Ganges es un río sagrado, venerado por los hindúes como la Madre Ganga. Se considera que las aguas de Ganga son tan puras y sagradas que, al bañarse en ellas, uno queda limpio de todo pecado. El río Ganges proporciona el 25% de los recursos hídricos de la India. Con más de 2500 kilómetros de longitud, es la cuenca hidrográfica más densamente poblada de todo el mundo.
La vida y el sustento de 400 millones de personas —la mayoría, muy pobre— dependen todos los días de la Madre Ganga. Pero, tristemente les cuento que, el Ganges está muriendo. La industrialización y la urbanización rápida y mal planificada han convertido al Ganges en el río más contaminado del mundo. Día a día, se vierten más de 250 millones de litros de aguas residuales sin tratar directamente en el Ganges. La realidad es que, hoy por hoy, bañarse en el Ganges no nos limpiaría: nos enfermaría. Solamente en la cuenca del Ganges, los costos de salud ascienden a alrededor de US$ 4000 millones al año.
El caso del Ganges no es solamente un problema de una magnitud inmensa: es también un problema de una complejidad inmensa. No se trata únicamente de limpiar un río; se trata de la forma en que los Gobiernos reglamentan, las empresas ganan dinero y las personas viven sus vidas. El problema del Ganges afecta a muchos sectores diferentes: la agricultura, la gestión urbana, el medio ambiente, por nombrar unos pocos. También afecta a muchas partes interesadas de la sociedad y, lo que es aún más importante, hay millones de personas pobres cuyas vidas y sustentos dependen del río.
También hay otros países que, cada vez más, enfrentan desafíos complejos, multidimensionales y cruciales para mejorar la vida de los pobres, por ejemplo, la creación de puestos de trabajo en los distritos segregados de Sudáfrica o el suministro de acceso al agua en Yemen. Esos son problemas que no tienen una solución técnica específica, ya que no basta con construir carreteras y puentes: se requiere de humildad, capacidad para colaborar y aprender de las experiencias de otros y capacidad para innovar y ampliar esas innovaciones.
El desafío que tenemos por delante es cómo aunar fuerzas y resolver los problemas transformadores de la magnitud, complejidad y repercusión del Ganges contaminado (como ejemplo para ciudades como las nuestras). Esa pregunta debería ocupar junto con la inseguridad ciudadana, el saneamiento, la falta de energía un lugar central en la nueva estrategia de lucha por erradicar la pobreza de las ciudades.
Las metas y la nueva estrategia de los manejadores de política: La imperiosa necesidad de una alianza de soluciones
En abril pasado, 188 países fueron convocados por el Banco Mundial y acordaron ratificarse en dos metas: erradicar antes de 2030 la pobreza extrema, entendiéndose por esta la situación de las personas que viven con menos de US$ 1,25 por día, y fomentar la prosperidad compartida, medida como el aumento de ingresos del 40% inferior de la población de manera sostenible.
Dicho cumplimiento requiere que los responsables y gestores de política económica propongan un trabajo con un impacto más profundo y más rápido sobre la vida de los 1200 millones de personas de todo el mundo que viven en la pobreza extrema y subsisten con menos de US$ 1,25 al día, y de los otros 2700 millones de personas que continúan en situación de pobreza y vulnerabilidad y que viven con una cifra que oscila entre los US$ 1,25 y los US$ 4 al día.
El desafío es monumental: cumplir estas metas significa que no podemos seguir como si nada hubiera ocurrido; debemos acelerar el paso. Se deberá aunar esfuerzos para apoyar a los países en la resolución de sus problemas. Y es por eso que necesitamos una alianza de soluciones para erradicar la pobreza y fomentar una prosperidad compartida.
El Ganges quedará limpio cuando las partes interesadas del país pertenecientes a los diferentes sectores, disciplinas y grupos sociales trabajen, aprendan e innoven juntas para poner en práctica y reproducir las soluciones a ese complejo desafío, sobre la base de la evidencia de las iniciativas que “funcionan” a escala mundial y la experiencia práctica de otros países. Ello requerirá de una constante reiteración y resolución de los problemas de manera colaborativa, con el apoyo de una gama de aliados con diferentes fortalezas y ventajas comparativas. Esta colaboración, destinada a abordar dichos desafíos complejos a través de un ciclo de soluciones respaldado por el conocimiento mundial y local, el aprendizaje mutuo y las soluciones innovadoras, constituye el acelerador de la lucha para erradicar la pobreza y alcanzar la prosperidad compartida.
Un enfoque para las soluciones de desarrollo
Las soluciones de desarrollo tienen un ciclo que comienza por comprender la verdadera naturaleza del problema, es decir, el diagnóstico. ¿Cuán a menudo ocurre que las organizaciones de desarrollo, se dirigen a los países con artilugios técnicos, sin tener una comprensión cabal del problema? Como parte de nuestra nueva estrategia, invertiremos sistemáticamente en el diagnóstico compartido.
Por medio de todas las evidencias y los análisis disponibles, queremos invertir en un diagnóstico sistemático de los países para ayudarlos a identificar, dentro del contexto de sus planes nacionales, cuáles son los mayores desafíos que afrontan y cuáles son las mayores oportunidades para disminuir la pobreza y fomentar la prosperidad compartida.
Esta herramienta, que será rigurosa desde el punto de vista analítico, también servirá para el aprendizaje colaborativo del espectro completo de partes interesadas: los Gobiernos regionales y locales de nuestra zona, el sector privado y la sociedad civil, a efectos de lograr un consenso sobre los problemas clave y comprender las realidades políticas, sociales y culturales que motivan los incentivos y comportamientos que contribuyeron a crear estos problemas en primer lugar.
Recién cuando haya una comprensión compartida de los problemas clave y tengamos claros indicadores de éxito podremos movilizar un conjunto de servicios mejorados de financiamiento, conocimientos y convocatoria. La alianza de soluciones resultante, que operará en el ámbito local, nacional y mundial, apuntala nuestra iniciativa propia y colectiva destinada a erradicar la pobreza.
Obviamente, en este conjunto de soluciones, el financiamiento continúa teniendo una importancia vital. Las estimaciones de las sumas que se necesitan únicamente para infraestructura en los países en desarrollo son alarmantes: hasta US$ 1500 billones por año. Hoy en día el sector privado representa el grueso de la inversión de capital y de la creación de puestos de trabajo. Necesitamos desarrollar maneras innovadoras de emplear la asistencia oficial para el desarrollo, a efectos de reunir montos de financiamiento mucho mayores del sector privado. Necesitamos enfoques público-privados colaborativos para afrontar los desafíos transformadores. Pero el dinero por sí solo no es la respuesta. La cuestión es cómo usar el dinero. El Ganges no quedará limpio solamente por aportar más dinero. Ese dinero ya existe. El Ganges quedará limpio cuando las partes interesadas del país trabajen y aprendan de manera colaborativa y persistan a través de resultados sostenibles.
No hay mejor lugar que Corea para demostrar el poder de abordar los desafíos más complejos de manera incansable y reiterada para transitar con éxito la senda que le permitió dejar de ser un país afectado por la pobreza extrema hace apenas 60 años y alcanzar la posición de nación desarrollada. Tomemos el Movimiento Saemul de Corea de la década de 1970, que tuvo un éxito sin precedentes a la hora de abordar un problema tan complejo como la pobreza rural.
El Movimiento Saemul se basó en una comprensión cabal del contexto socioeconómico imperante de la pobreza rural en Corea, comprensión que luego transformó en un método que se perfeccionó y se amplió de manera satisfactoria con el tiempo, a fin de brindar apoyo a las normas comunitarias tradicionales de diligencia, autoayuda y colaboración. Hoy en día, la solución del Movimiento Saemul en sí misma quizás no podría reproducirse tal como fue concebida. No obstante, el enfoque para comprender y abordar metódicamente el problema de la pobreza rural en toda su complejidad cultural, política y económica aporta lecciones invalorables para la comunidad internacional.
El conocimiento, aprendizaje e innovación
Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros como ciudadanos y como profesionales de la zona para brindar apoyo a una alianza de soluciones de nuestra propia región? Debemos promover a través de los medios de comunicación radiales, escritos y televisivos un mayor financiamiento público-privado para estas acciones, y, además promover, desde mi modesto punto de opinión cinco cambios fundamentales para ayudar a las ciudades partes interesadas a colaborar y afrontar reiteradamente los principales desafíos en materia de desarrollo a través de soluciones para el desarrollo:
En primer lugar, adoptar una cultura de soluciones para el desarrollo,
En segundo lugar, movilizar de manera más sistemática el conocimiento y la innovación
En tercer lugar, desplegar de manera más sistemática el conocimiento operativo y la innovación que tenemos dentro.
En cuarto lugar, programas de aprendizaje eficaces
En quinto lugar, fortalecer las aptitudes de liderazgo
Una alianza de soluciones mundial
El desafío que quiero plantearles hoy, de cara al futuro, es de qué manera podemos acelerar la erradicación de la pobreza y construir un mundo de prosperidad compartida a través de una colaboración que nos permita afrontar los desafíos más importantes como socios.
Unámonos como personas, como organizaciones y como países, desde todas las disciplinas y los rincones de la sociedad, cada uno con nuestras fortalezas y aptitudes para forjar una “alianza de soluciones” mediante un trabajo conjunto destinado a apoyar la acción colectiva de múltiples partes interesadas en el terreno y hacer un uso sistemático del conocimiento, el aprendizaje y la innovación para contribuir a solucionar los mayores desafíos en materia de desarrollo.
Comencé mi alocución relatando una historia de un país lejano, la India: la historia del río Ganges, que hoy está contaminado. Ahora concluyo con comentarios aplicativos para solucionar el problema de la pobreza y el poder compartir solidariamente los beneficios económicos que nos pueda dar esa felicidad que nos sirva de impulso para continuar creciendo.
Finalmente, afirmo que nuestro desafío esta dado, nuestro imperativo lo sabemos y nuestra responsabilidad moral de cara al futuro esta comprometida.
(Econ. Víctor Eleazar Alvino Guembes/Consultor y ex funcionario del GORELI)
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