Por Enver Vega Figueroa (*)
Si no se realizan diagnósticos masivos casa por casa y se omiten aspectos socio-culturales se agravará el escenario epidemiológico por Covid-19
Este viernes 22 de mayo, el presidente peruano Martín Vizcarra anunció la ampliación del Estado de Emergencia hasta el 30 de junio, e informó que su Gobierno aprobó un decreto supremo titulado “Ciudadanía hacia una nueva convivencia social”.
La medida implica la continuación del confinamiento (cuarentena), y del conjunto de medidas gubernamentales (aislamiento social, “toque de queda”, inmovilización social, multas, uso de barbijo o mascarilla, distancia física, etc.) para prevenir el contagio del nuevo Coronavirus 2019, así como para controlar el orden social. Pero, no considera lo social ni lo cultural. ¿Acaso, está en marcha la “estrategia fáctica ¿bala o virus? venceremos”?.
El mensaje no verbal -en el monólogo palaciego de hoy- ha sido una invitación al relajo general. Además que,continúa la omisión de aspectos socio-económicos y culturales de los diversos estratos sociales de la población.
Un Estado históricamente ausente en la vida cotidiana de las personas, cuando se hace presente, no puede esperar respeto ni acatamiento de sus mandatos; peor aún, si se presenta con actitud represiva, sin tomar en cuenta los aspectos sociales y culturales del país.
Tengo la percepción que el Presidente Vizcarra no ha leído los indicadores de confianza ciudadana en las instituciones del Estado; y, desconoce la calificación que la ciudadanía tiene de la Democracia en el Perú.
Ampliar el período del confinamiento es una medida epidemiológica necesaria; pero, no aprovecharlo para realizar diagnósticos masivos casa por casa a nivel nacional, agrava el escenario epidemiológico por Covid-19. De más de 32 millones de habitantes, solo 750 mil 526 personas han sido sometidas a pruebas diagnósticas, al 22 de mayo.
(*) Sociólogo
Investigador social. Consultor en seguridad multidimensional
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