martes, 26 de mayo de 2020

¿CIUDADANOS FORZADOS A LA ADAPTACIÓN PARA UNA NUEVA CONVIVENCIA SOCIAL?

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Por Enver Vega Figuero (*)

Perú. La realidad social, las costumbres y los patrones colectivos de comportamiento no cambian solo con aprobar un decreto supremo

La aprobación del decreto supremo Nº 094-2020-PCM, en el marco de una nueva etapa del manejo [desordenado, desorientado e improvisado] de la crisis ocasionada por la pandemia de Covid-19, nos plantea la siguiente cuestión: ¿esta medida es otra manifestación de la estructuración política de la cultura como históricamente ocurre en el Perú, esta vez aprovechando una crisis sanitaria global?
Figura 1. Las medidas gubernamentales no son tomadas en cuenta por la población, revelando las relaciones de poder de dos condiciones, situaciones y posiciones sociales diferentes. ¿Esta es la ciudadanía hacia una nueva convivencia social? Fotografía: Ronald Ormeño.
La realidad socio-cultural no se cambia solo con dictar normas legales, salvo que desde el Poder político se reprima violentamente a la población para que con baño de sangre acate las disposiciones gubernamentales -bajo lo que he calificado en un artículo anterior como la “estrategia fáctica ¿bala o virus?, venceremos”- y de esta forma el poder político y económico organizados en el Estado consigan sus objetivos.

La realidad social, las costumbres y los patrones colectivos de comportamiento no cambian solo con aprobar un decreto supremo, peor aún cuando no se toman en cuenta los aspectos socio-económicos y culturales de los diversos estratos sociales de la población. Lo cual solamente muestra a ciudadanos -además de calificarlos como culpables del aumento del contagio de Covid-19- forzados a una adaptación para una “nueva convivencia social”.

De acuerdo con los resultados del Censo nacional de población y vivienda del año 2017, cerca del 40% de la población se auto identifica como: quechua; perteneciente a algún pueblo afroperuano o afrodescendiente; aimara; nativo o indígena de la amazonía; parte del algún pueblo originario; asiático; u, otro grupo cultural.
Figura 2. Autoidentificación étnica de la población peruana. Fuente: Censos nacionales 2017: XII de población, VII vivienda y III de comunidades indígenas, Instituto Nacional de Estadística e Informática. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
Esta llamada “nueva convivencia social” se basa en el siguiente esquema de disposiciones normativas que priorizan las actividades económicas [que generarán fuentes de contagio por la interacción entre personas]; la limitación de libertades; la represión policial-militar; e inviables medidas sobre salud y educación; en medio de una preocupante omisión de aspectos socio-económicos y culturales de los diversos estratos sociales de la población.
Figura 3. La llamada “nueva convivencia social” se basa en este esquema de disposiciones normativas que omite aspectos socio-económicos y culturales de los diversos estratos sociales de la población. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
Este conjunto de medidas no son coherentes con la situación epidemiológica, porque se disponen en un escenario en el que se incrementan los casos confirmados y el número de muertes por Covid-19. Aún no es el momento de reanudar actividades económicas ni de relajar las medidas de control sanitario, de prevención y cuidado.

Estas medidas podrían implementarse en la etapa de desconfinamiento, que bien podría ser aproximadamente a fin de año, y prepararse para posibles rebrotes que podrían controlarse con medidas georeferenciadas e intercuarentenas.
Figura 4. Continúa el incremento de casos confirmados y el número de muertes por Covid-19 en Perú. Fuente: Sala situacional Covid-19 Perú, Ministerio de Salud, al 23 de mayo de 2020. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
El confinamiento es necesario; pero, debe de aprovecharse para la realización de diagnósticos masivos casa por casa a nivel nacional, porque es la manera de conocer si a pesar de la mayor cantidad de pruebas la incidencia de contagiados se incrementa, se mantiene o disminuye.

No basta con pedir “lavarse las manos”, eso debe de ir acompañado de abastecimiento -a cargo del Estado- de vitaminas y alimentos que contribuyan a fortalecer el sistema inmunológico, considerando además los factores de comorbilidad. Y abastecer de víveres y servicios básicos a los hogares peruanos durante toda la cuarentena y las intercuarentenas.

Figura 5. Conjunto de medidas establecidas en el D. S. Nº 094–2020-PCM, no son coherentes con la situación epidemiológica del país. Fotografía: Ronald Ormeño.
La reanudación de actividades económicas debe de iniciarse gradualmente; pero, más adelante, aún no es el momento, la pandemia está en pleno desarrollo. Además, es muy preocupante que el mensaje no verbal -en el monólogo palaciego del pasado viernes 22 de mayo- haya sido una invitación al relajo general.

La construcción de ciudadanía no se busca en los supuestos efectos de una norma legal concebida en la entelequia de una clase dominante, controlista, corrupta y no dirigente. “La ciudadanía deberá adaptarse a diferentes prácticas para una nueva convivencia social”, declara el decreto supremo Nº 094–2020-PCM, publicado hoy en el Diario Oficial El Peruano, pero omite la diversidad cultural, patrones culturales, costumbres y las variables socio-económicas.
Figura 6. La construcción de ciudadanía no se busca en los supuestos efectos de una norma legal concebida en la entelequia de una clase dominante, controlista, corrupta y no dirigente. Fotografía: Ronald Ormeño.
La ciudadanía no se crea de un día a otro, la ciudadanía es resultado de un largo proceso dinámico y antagónico, influenciado por factores históricos, sociales, políticos, culturales, educativos, socio-económicos, identitarios, etc. La ciudadanía implica tanto el ejercicio de derechos como el cumplimiento de deberes: una misión que el sector educación descuidó.

Tengo la percepción que el Presidente Vizcarra no ha leído los indicadores de confianza ciudadana en las instituciones del Estado; y, desconoce la calificación que la ciudadanía tiene de la Democracia en el Perú.
Figura 7. En promedio el 36% de la población peruana no confía en las instituciones del Estado, el 50% tiene algún nivel de confianza, y un 15% no sabe. Fuente: Encuesta Nacional de Hogares, Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2018. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
Toda la justificación a la precariedad institucional, desde hoy ha sido bautizada como “nueva convivencia social”, donde el ciudadano es culpable de contagiarse y morir por Covid-19. Lo mismo ocurre con la criminalidad: la víctima es culpable y el criminal es inocente. El mundo al revés.
Figura 8. Más de la mitad de la población peruana no sabe qué es la Democracia, y el 87% considera que la Democracia funciona mal debido a los políticos. Fuente: Encuesta Nacional de Hogares, Instituto Nacional de Estadística e Informática, 2018. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
La sociedad peruana es una sociedad poco estructurada, con clases y grupos sociales que pueblan el Perú, con profundas desigualdades sociales, por lo que las acciones e iniciativas estatales tienden a actuar como un factor estructurador.

Más allá de la eficacia de esas acciones, lo que cuenta es su pretendida y [soberbia] incidencia en la estructuración de patrones colectivos de conducta; es decir, una negación de la realidad en nombre del orden y progreso concebido desde una postura positivista y funcional a la vez.
Figura 9. Del total de la PEA ocupada, el 77% tiene un empleo informal. Fuente: Encuesta Nacional de Hogares, Instituto Nacional de Estadística e Informática, I-II-III trimestre 2019. Elaboración: Laboratorio Sistémico de Investigación Científico Social del Perú.
Mi supuesto es que en el corto plazo se incrementarán los desacuerdos entre las medidas gubernamentales y la respuesta social ante la pandemia dando origen a un escenario de acentuación del desorden y desborde social, que será incontrolable; por un lado.

Y por otro lado, entre el mediano y largo plazo podríamos estar ante un escenario en el que la pandemia acelere una aguda contradicción al integrarse todas las crisis: económica, política, social y la crisis de legitimidad del poder, que -aunque estaremos lejos del estallido de una crisis de sistema- pondría en serios apuros estratégicos al Estado, con efectos colaterales en la seguridad y el desarrollo.

Cueto (2011) al analizar la producción intelectual de Julio Cotler sostiene que, el Perú fue una sociedad con una clase dominante, pero sin una clase dirigente que oriente el desarrollo y construya un Estado que reconozca los derechos y deberes de todos los peruanos.

Finalmente, La realidad social, las costumbres y los patrones colectivos de comportamiento no cambian solo con aprobar un decreto supremo.
(*) Sociólogo
     Investigador social
     Consultor en seguridad multidimensional

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