domingo, 21 de abril de 2019

LA INESPERADA SALIDA DE ALAN GARCÍA DE LAS ACUSACIONES EN EL CASO ODEBRECHT QUE PENDÍAN SOBRE ÉL

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EN SU LEY. No compartimos las virales ideas que sostienen que el dos veces presidente de la República Alan García Pérez no se mató en la mañana del miércoles 17 de abril con la finalidad de evitar ser detenido por el ministerio Público y la Policía Nacional al ser imputado en el caso Odebrecht, sino que todo sería una farsa montada para hacer el ex mandatario aprista termine fugado del país.

La magia de la redes sociales y algunos psicosociales pretenden llevarnos a una escena cinematográfica de gran éxito de los estudios de Hollywood y no de lo que en realidad ha pasado por la mente y decisión del líder aprista y expresidente de la República con tal de evitar ser presentado como un presidiario con chaleco y esposas, que luego iba a ser internado en un establecimiento penitenciario del país.

Además de las explicaciones que se han dado sobre las razones y fundamentos doctrinarios que habrían llevado a García Pérez a quitarse la vida, nosotros debemos manifestar que debería tomarse en cuenta que fue un político con un ego demasiado elevado y que difícilmente se hubiera visto con chaleco y esposas de presidiario, luego de haber legado a ser Presidente de la República en dos ocasiones al frente del partido Aprista Peruano.

Asimismo, no hay que perder de vista, que Alan García prefirió sacarse de encima el caso Odebrecht de un solo disparo en la cabeza a que llegar a la prisión y a manos de la administración de justicia a las cuales consideraba que estaban en manos de sus enemigos políticos y el actual gobierno, para ser juzgado por el caso Odebrecht; sin dejar de lado que si entraba a la cárcel, difícilmente la iba a dejar.

Con la fatal decisión, no demuestra su inocencia ni su culpabilidad, sino el coraje que tuvo para quitarse la vida para hacer que su trayectoria política y la de su partido político sigan en el centro del debate nacional, tal como ha sucedido en los últimos días y seguramente sucederá más adelante.

Lo cierto es que hasta ahora no existen elementos de convicción que digan lo contrario a que no se mató Alan García para evitar ser detenido por el caso Odebrecht como ha sucedido con Kieko Fujimori, PPK y Ollanta Humala.

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