En la provincia limeña se puede disfrutar exquisitos vinos y piscos
Esta nota se propone avisar a los limeños que a solo una hora al norte de la ciudad capital se encuentra uno de los valles más fértiles y hermosos de la costa. Es el valle de Huaral, centro neurálgico de ese manjar salvaje llamado chancho al palo, pero sobre todo hogar de muchas bodegas y viñedos que se han propuesto emborracharnos de gusto con aromáticos licores, piscos y vinos que ya producen de manera artesanal, para delicia de quienes aman los aromas y sabores extraídos directamente de la naturaleza.
Y para contrarrestar la baja en el precio de la uva. Hoy los productores de vino de otros valles les quieren pagar casi nada por sus hermosas uvas, y por eso los huaralinos se han dedicado a producir bebidas que ya está empezando a cosechar triunfos. Y sobre todo a precios que hacen agua la boca.
Los huaralinos combinan el pisco con los jugos de frutas para producir mistelas o licores de frutas que tienen la virtud de dibujar rápidas sonrisas. Abundan los mistela de uva Italia como el de María Paz, y de uva borgoña, y la combinación de ambas crea un mistela acholado que bien podría destronar a cualquier aperitivo a la hora del almuerzo.
Pero sobre todo Huaral es un emporio de frutas baratísimas. Aquí la mandarina sin pepa da frutos todo el año. Y la manzana santa rosa es tan dulce que sonroja. Y los shimbillos, parientes del pacay o huaba, muestras sus dientes a partir de abril.
Y para contrarrestar la baja en el precio de la uva. Hoy los productores de vino de otros valles les quieren pagar casi nada por sus hermosas uvas, y por eso los huaralinos se han dedicado a producir bebidas que ya está empezando a cosechar triunfos. Y sobre todo a precios que hacen agua la boca.
Los huaralinos combinan el pisco con los jugos de frutas para producir mistelas o licores de frutas que tienen la virtud de dibujar rápidas sonrisas. Abundan los mistela de uva Italia como el de María Paz, y de uva borgoña, y la combinación de ambas crea un mistela acholado que bien podría destronar a cualquier aperitivo a la hora del almuerzo.
Pero sobre todo Huaral es un emporio de frutas baratísimas. Aquí la mandarina sin pepa da frutos todo el año. Y la manzana santa rosa es tan dulce que sonroja. Y los shimbillos, parientes del pacay o huaba, muestras sus dientes a partir de abril.
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