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Esta vez hubo un descarado espíritu de cuerpo por parte de la mayoría de concejales excepto la posición firme y contraria de Carlos Faustino Calderón y María Luísa Fernández Vivanco, quienes en esta ocasión supieron cumplir con su función e incluso tildaron de conchudos a sus homólogos Luís Tomás Chávarri Carahuatay y Javier Lucio Román Castillo en plena sesión extraordinaria desarrollada la mañana del miércoles 26 de julio.
El burgomaestre justificó el accionar de ambos personajes (denunciados por Miriam Milagros Reyes Santos por pedirle la cantidad de S/.12 mil soles a cambio de un espacio en la explanada del campo ferial para un total de 22 comerciantes procedentes de Santa María de Huaura a espaldas de la Comisión Semana de Cañete 2017) señalando que detrás de todo este escándalo existe un interés político de un aspirante a la candidatura provincial que les tendió una trampa para hacerlos caer en la tentación del dinero fácil.
O sea para Bazán ellos son unas pobres e indefensas víctimas de la envidia. Al respecto, Román Castillo, regidor comprometido hasta el tuétano en los polémicos audios y la posible coima, expresó ante el Pleno en tono de advertencia (¿o amenaza?) que por el bien de todos era mejor no derivar esta denuncia al plano legal porque habrían demasiadas sorpresas y personas perjudicadas, y les sugirió a sus colegas que era mejor apoyarse mutuamente y “continuar trabajando por el bien de Cañete”.
Es decir, de quedar esto impune todo volverá a su estado normal, tan igual como se ha venido dando hasta la fecha y ellos seguirán haciendo lo que han acostumbrado a hacer como fiscalizadores desde que inició la gestión edil. De lo contrario todos irían a la hoguera.
Fuente: Info.red
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