martes, 15 de abril de 2014

EDITORIAL: QUE PASE EL REY, EL PRESIDENTE NO TIENE EMPACHO EN ADMITIR QUE SU GOBIERNO USA A LOS GOBERNADORES PARA ACTIVIDADES PARTIDISTAS

Editorial: Que pase el rey

El escándalo del uso proselitista de los gobernadores por parte del oficialismo sigue creciendo. Hace casi un mes se denunció que el gobierno habría venido utilizando a estos funcionarios públicos para desarrollar labores partidarias y para ejercer las funciones de secretarios del Partido Nacionalista (posiciones que el oficialismo no tendría cómo llenar debido a su falta de militantes). 

A esto se le ha sumado que, hace unos días, algunos gobernadores y ex gobernadores denunciaron que Dacia Nena Escalante, directora de Gobierno Interior del Ministerio del Interior (Mininter), habría ordenado a varios de estos funcionarios que abandonen sus labores y viajen a Lima para servir de portátil del partido de gobierno. La primera oportunidad habría sido para armar una manifestación en el patio del Palacio de Gobierno con ocasión de celebrar el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la segunda para festejar en el estadio Monumental el cumpleaños del presidente y la tercera para la celebración del aniversario de fundación del Partido Nacionalista. 

Incluso, en el primero de estos eventos se les habría ordenado vestir polos con la letra O, de Ollanta Humala, y enarbolar banderolas del partido de gobierno que les habrían sido entregadas cuando llegaron a Palacio.

La señora Escalante intentó desmentir estas acusaciones el domingo en el programa “Cuarto poder”, señalando que esos testimonios eran falsos (acusación que, de ser cierta, mostraría una particular habilidad del Mininter para contratar funcionarios mentirosos e insubordinados). Una afirmación difícil de creer, pues todos tuvimos la oportunidad de ver las fotos y videos de la participación de los gobernadores en los mencionados eventos. 

Escalante, además, pese a toda la evidencia en contra, llegó al sorprendente extremo de decir que si un gobernador participó de esas actividades en Lima habría realizado un viaje sin autorización, lo cual ameritaría una sanción.

Ahora, lo más sorprendente de toda esta historia no fueron esas declaraciones, sino las que formuló posteriormente el presidente Humala. Ayer, él señaló que sería una “mezquindad” sancionar a los gobernadores por haber participado en estas actividades. Luego, precisó: “Si yo los he invitado, ¿cuál es el problema? El gobierno los ha invitado a todos [...]”. Finalmente, con una actitud retadora, enfatizó: “Y la próxima vez que haya una actividad de ese tipo también los invito”.

De esta forma, el presidente Humala confirmó dos cosas. La primera, que no era cierta la encarnizada defensa que hizo la señora Escalante de que los gobernadores no dejaron sus cargos en sus localidades para participar en eventos proselitistas. Según el propio presidente, vinieron por invitación suya.

Lo segundo que el señor Humala confirmó es que o no tiene idea de lo que dice la ley o sencillamente esta le es irrelevante. Y es que él no tiene ningún derecho a alejar de sus labores a estos funcionarios para convocarlos a un evento de su partido o a la celebración de su santo.

Se trata de empleados públicos pagados con el dinero de los contribuyentes para realizar labores de gobierno, no para animar eventos proselitistas o fiestas de cumpleaños. Es francamente una vergüenza que el presidente no note la diferencia. Él, valga la redundancia, es el presidente de esta república y no el rey de alguna monarquía que puede disponer de los recursos públicos como si fuesen de su propiedad.

Por lo demás, vale recordar que para este año el presupuesto para los gobernadores se triplicó, alcanzando más de S/.84 millones. Ahora que, por confesión propia del señor Humala, queda claro que los gobernadores vienen siendo empleados para fines que no son propios de su función y que sirven al Partido Nacionalista, entendemos la razón de este generoso aumento.

Estamos, qué duda cabe, frente a un escándalo que involucraría el desvío de fondos públicos para financiar actividades partidarias. Uno en el que, además, el presidente Humala ha aceptado públicamente responsabilidad, con la frescura de quien se siente tan empoderado para hacer lo que hizo como para anunciar que, de presentarse la oportunidad, lo volverá hacer.
Fuente: El Comercio

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