miércoles, 12 de julio de 2017

CAPITAL SOCIAL: LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS DE LA SALUD Y LA EDUCACIÓN SIGNIFICA CREAR PAZ LO CUAL GENERARÁ LAS CONDICIONES PARA DESARROLLAR LA CALIDAD DE VIDA DE LAS PERSONAS

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Por Econ. Víctor Alvino Guembes

El acceso a informaciones y experiencias del más alto nivel académico desde los foros económicos más importantes y distantes hasta la realidad local me dieron la oportunidad de recordar una vez más una realidad desalentadora: vivimos en un mundo cada vez más interconectado, donde múltiples crisis se superponen de manera compleja, de los impactos del abandono social y económico de sectores tan importantes como la salud y la educación pública y privada, la lucha contra la inseguridad ciudadana y la corrupción a todo nivel, la escasa voluntad de aplicar la transparencia en el manejo de la “cosa pública” por parte de las instituciones públicas y el casi nula política para evitar los efectos de un cambio climático negativo A un aumento en los conflictos violentos, niveles históricamente altos de desplazamiento forzado y la peor hambruna en 70 años a nivel mundial(a lo cual nuestro país no fue ajeno).

Al mismo tiempo, me alentó cómo la población a nivel mundial y en especial de nuestra región permanentemente hace esfuerzos denodados para buscar la de unión, rompiendo los silos para forjar una respuesta integral. Si bien la todo se centra en una tediosa y muy difícil recuperación y la reconstrucción de nuestra economía después de la crisis para la creación de capacidad de resistencia y la reducción del riesgo de no apostar por la educación para el trabajo y la salud preventiva con recursos efectivamente utilizados y otras variables tan importantes mencionadas en el párrafo anterior. 

Las personas que se interesan en estos temas son concientes de la complejidad de este esfuerzo por buscar la solución a esto se suma otro problema cuando tenemos al frente una población frágil y desorganizada, por lo tanto, con este tipo de conflictos se requiere una atención muy especial, para no agravar más aún el impacto de los efectos negativos que se generan por no aplicar medidas de política eficientes hacen que cualquier proceso de recuperación sea más difícil.

Este entendimiento compartido del paisaje de la fragilidad y un compromiso para la acción colectiva es crítico mientras quienes trabajamos para abordar este enorme desafío. Insisto que existe la necesidad de que nos involucremos todos los agentes de la economía (población, gobierno, empresas e instituciones civiles y religiosas) en temas como desarrollo humanitario, social y económico generado por una paz social y seguridad mayor. 

Estos temas son los temas cautivan de manera muy alta en mi mente. Para ayudar a los países a construir la resiliencia y fomentar la solidaridad, la equidad la justicia social y la seguridad a todo nivel, demostrando que el trabajo eficiente y de manera complementaria es para para hacer más y hacer mejor.

LA SALUD
Todos estamos de acuerdo con que los ejecutores de políticas sociales deberían abocar todos sus esfuerzos para lograr una cobertura sanitaria universal lo más antes posibles con los recursos existentes, este avance de la voluntad política tiene el potencial de transformar la salud y el bienestar de los individuos y las sociedades. 

La cobertura sanitaria universal significa que todas las personas pueden obtener los servicios médicos de calidad que necesitan sin tener que pasar por dificultades económicas. Además, permite al gobierno nacional, gobiernos regionales y locales aprovechen al máximo el capital humano, su principal activo.

Es cierto también que a pesar de los pocos eficientes manejos de la cosa pública y escasez de recursos económicos s e han registrado avances considerables en muchas partes de nuestro país en materia de cobertura sanitaria universal. En las últimas dos décadas, en la mayoría de las regiones ha habido una expansión en el acceso a servicios de salud y la cobertura de intervenciones primordiales. También se han producido mejoras notables en materia de protección financiera. No obstante, los desafíos siguen siendo enormes.

Por ejemplo, en nuestra región aún existen grandes brechas en la cobertura, en particular entre las comunidades más alejadas, pobres y marginadas. Existe un porcentaje muy alto aún (por ejemplo, en el caso de la Región Lima un casi 20% de un total de su población) as carecen de acceso a los servicios sanitarios básicos y sin ser m pesimista un porcentaje cercano al 10% de la población total de las localidades con población de ingreso bajo y mediano han caído en la pobreza extrema o su situación ha empeorado debido a gastos médicos.

Los sistemas sanitarios en las zonas con población de ingreso mediano también enfrentan desafíos como el envejecimiento de sus habitantes y una carga cada vez mayor de enfermedades derivadas del modo de vida. Además, ha aumentado la carga de enfermedades no transmisibles, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades mentales. 

Estas afecciones representan ahora el mayor porcentaje de las muertes a nivel regional (70%), de las cuales el 90 % se produce en las zonas con población de ingreso bajo y mediano. Al mismo tiempo, pese a los avances logrados en la reducción de la carga de enfermedades transmisibles, las tasas de malnutrición y mortalidad materna siguen siendo altas en muchos lugares del mundo, y además no se han atendido las necesidades de servicios de salud sexual y reproductiva.

Lograr la seguridad sanitaria universal, es decir proteger a todas las personas de las amenazas a su salud, es un componente fundamental de la cobertura sanitaria universal. La seguridad sanitaria universal significa proteger a todo el mundo, no solo por un tema de justicia sino porque en el caso de las enfermedades infecciosas, la seguridad sanitaria solo se puede lograr si todos están protegidos. 

Esto a la vez depende y complementa los esfuerzos más amplios destinados a fortalecer los sistemas médicos y hacerlos más resilientes, por lo que esto debe ser parte de un plan regional integrado y estrictamente responsable y muy eficiente. Cada año, cientos de personas de nuestra región caen en la pobreza debido a gastos médicos que deben solventar por cuenta propia. La cobertura sanitaria universal es fundamental para poner fin a la pobreza extrema y aumentar la equidad.

LA EDUCACIÓN
La educación es un factor fundamental que impulsa el desarrollo, además de ser uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, así como para lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad. Si bien se han registrado avances notables durante la última década, falta trabajar mucho aún en esta materia. 

La educación entrega beneficios considerables y sistemáticos en materia de ingresos, y además contrarresta el aumento de la desigualdad, pero este potencial a menudo no se aprovecha debido a niveles de aprendizaje alarmantemente bajos. Entregar a todos los niños una educación de calidad que les ayude a adquirir habilidades necesarias en el mundo del trabajo es clave para poner fin a la pobreza.

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