Durante el primer período gubernamental de Chui Mejía, este prefirió callarse en todos los idiomas y jamás deslindar de manera concreta con el accionar que tuvo su hijo Cristiam Chui, no fue capaz de ponerle un "estate quieto" y dejo que siga haciendo cosas que habrían contribuido al extraño y evidente incremento de su patrimonio personal y familiar.
Del tema, Cristiam, solo habló durante la pasada campaña que había aprendido la lección y que no estaba dispuesto a tolerar que nuevamente su progenitor se inmiscuya en asuntos de compras, licitaciones y ejecuciones de obras; por lo cual, se mostró convencido que la solución era enviarlo muy lejos, pero al final la que esta lejos, muy lejos de la región, es esa promesa incumplida, porque hasta donde se sabe, quien debió ser enviado fuera del país sigue operando con total impunidad. Para colmo, ya no sería solo uno, sino dos. Imagínense.
ESCÁNDALO MAYÚSCULO
En esa misma dirección, el mandatario regional ha preferido hacer mutis, en vez de salir a explicar a los habitantes de la región porque su administración ha sido capaz de girar el 60 % del pago a la empresa constructora del hospital de Cañete cuando solo se nota el 1 % del avance de la obra.
Solo queda esperar bien sentados, porque Nelson Chui no será capaz de explicar públicamente sobre el tema, preferirá que sus interlocutores oficiales lo hagan por Él, demostrando con eso que no le importa en nada proteger los intereses de la mayoría de la población. Lo firmamos.
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